Las termitas 'devoran' Villanueva de Tapia

Ya lanzó, hace varios años, un ataque ofensivo contra la plaga de termitas que afectó a algunas viviendas, pero el tratamiento no surtió el efecto esperado. El Ayuntamiento de Villanueva de Tapia ha vuelto a declararle la guerra a estos xilófagos, que han infectado, en palabras de la alcaldesa, Encarnación Páez, más de 50 inmuebles del municipio. El objetivo estriba en "atajar" la colonia dado que, de no ser así, recalcó, podría extenderse al resto de las casas, principalmente aquellas más antiguas con estructuras de madera, que suele ser el caldo de cultivo ideal para estos insectos.

El Consistorio ha encargado a la empresa Rentokil Initial un tratamiento que ha proporcionado resultados positivos en otras localidades. Según la regidora, el método se basa en la colocación de unos cebos tanto en aceras como en las viviendas perjudicadas. La idea es "encontrar los termiteros y acabar con la hormiga reina". Solo así, destacó, se podrá erradicar la placa. "Son muy voraces, un ejército muy bien organizado y difícil de arrancar", apuntó.

Tras llevar a cabo esta primera actuación, la intención de los responsables municipales es establecer un estudio del resto de la localidad destinado a prevenir la plaga y garantizar, así, que ninguna otra casa haya sido infectada. Asimismo, se ha solicitado a la Delegación territorial de Fomento que proporcione al municipio un plan de rehabilitación de los inmuebles cuyos propietarios tienen un escaso poder adquisitivo. Muchos de los dueños, explicó la alcaldesa, se han visto obligados a sustituir las vigas de madera para evitar que la infección derivara "en una situación peligrosa".

Desde Rentolil Initial explicaron que el sistema de cebado antitermitas, Sentri Tech, asegura la eliminación de las colonias que afectan al maderamen y está basado en un principio activo, Hexaflumuron, "que actúa inhibiendo la síntesis de la quitina, e impide, que los insectos una vez que mudan su exoesqueleto, vuelvan a regenerarlo, por lo que mueren ante la imposibilidad de desarrollar una nueva piel". Con este método se reduce en un 95% su actividad, solo en el primer año. De ahí que la tercera fase sea la de la revisión de los cebos y el control de los mismos para evitar infestaciones futuras. Es decir, se someten a los puntos de cebado a una monitorización en los siguientes cinco años, y si se observa un repunte de actividad o aparecen nuevos termiteros se procede con la aplicación del sistema, de nuevo.

La empresa hace uso de este procedimiento desde 1997 para combatir plagas de termitas ya sea en edificaciones aisladas como en grande conjuntos arquitectónicos. Hasta el momento, según precisaron, se han realizado "miles de tratamientos en todo tipo de edificaciones afectadas por xilófagos repartidas en toda la geografía española".