El toro de Fuengirola vuelve a ser negro
Pintan la imagen, que apareció con una bandera republicana días atrás
La rocambolesca historia de los colores que ha tenido como protagonista al toro de Osborne de Fuengirola parece que ha llegado a su punto y final. El domingo los trabajadores de Servicios Operativos del Ayuntamiento se encargaron de cubrirlo de negro para que volviese a su estado original. Todo tras un fin de semana en el que la estructura apareció pintada con una enorme bandera republicana, aunque posteriormente pasó a convertirse en la bandera de España. Por ahora nadie ha sabido esclarecer quién fue el "artista" que se encargó de rediseñar este conocido reclamo, que se asienta en una colina de Torreblanca.
La guerra de banderas comenzó el sábado. A primera hora de la mañana los vecinos y los conductores que circulaban en sentido a Benalmádena comprobaron que el toro estaba pintado con los colores republicanos. El rojo, amarillo y morado se extendían por la parte de atrás de la estructura, donde se encuentra el sistema de soportes que aguanta el peso del conocido emblema. La parte más fácil para acceder, ya que para pintarlo en la zona delantera habría sido necesario poner una escalera de grandes dimensiones o incluso un andamio.
La situación provocó una oleada de comentarios en las redes sociales, pues además el acto vandálico se realizó el Día de la Hispanidad. Pero lejos de terminar ahí, la situación dio un giro por la tarde. A eso de las 16:00, la última franja más cercana al suelo, es decir, la morada fue pintada de rojo. De esta forma, y con tan solo unos brochazos, la bandera pasó de ser la española, lo que levantó aún más el asombro de la gente.
El domingo el Ayuntamiento decidió tomar cartas en el asunto y devolver al toro a su tono negro tradicional. Así, los operarios se encargaron de borrar cualquier rastro de pintura de la parte de atrás y la recubrieron por completo. Hay que recordar que además de este toro, en la provincia se encuentran otras dos estructuras similares más, una en Vélez Málaga y la otra en Casabermeja. La Junta de Andalucía lo catalogó en 2010 como un Bien de Interés Cultural.
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