Los trabajadores de 'Los Amarillos' encuentran cambiada la cerradura

La estación de autobuses de Ronda parece que no puede tener un periodo de tranquilidad. Si la pasada semana la preocupación llegaba por los informes realizados por las carencias que se apreciaron sobre las condiciones del citado servicio público, en está ocasión ha sido el cambio de la cerradura de la oficina de una empresa de transporte de viajeros, concretamente Los Amarillos, la que ha encendido la llama de la discordia.

Al acudir ayer la trabajadora de la citada empresa para expedir los billetes de los viajeros que utilizan esta compañía se encontró con la cerradura cambiada y con la imposibilidad de entrar a su puesto de trabajo. Esa contrariedad motivó que a lo largo de la jornada de ayer los viajeros que pretendían obtener un billete para las distintas localidades a las que presta servicio la empresa de tuvieran que adquirir los mismos en el propio autobús y que en muchos casos se viera interrumpido el servicio de mensajería que se realiza a través de esa línea.

Fuentes de Los Amarillos denunciaron a la Policía Local la actuación de la gerencia de la estación de autobuses, se anuncian acciones judiciales por las daños causados con está situación, al mismo tiempo que declaran que las dependencias de despacho de billetes están al orden del día en cuanto a su pago y que es difícil cuantificar el daño económico que puede suponerles la actuación de la gerencia, pero que seguro que serán reclamadas en su momento.

Por su parte, el responsable de la concesión de la estación rondeña, Joaquín Bravo, afirmó que se habían dado "todos los pasos legales previstos". "Esa empresa debe a la Estación unos 60.000 euros y por burofax ya se le comunicó que tenían que abandonar esas dependencias, igualmente se lo comunicamos a los trabajadores de manera oral (lo que niega la otra parte de manera taxativa) y que nosotros, como así hemos hecho, les habilitaríamos un nuevo local que reúne las condiciones para la venta de billetes tal y como se contempla legalmente", dijo. Su "obligación", según recalcó, "es la optimizar" los recursos que se tienen en la estación, afirmó.

Todo ello delante de la Policía Local, que mantuvo conversaciones entre los interesados y que tuvo que remitir a los mismos a los juzgados al no poder acceder a la petición de los demandantes de que se repusiera la cerradura anterior y pudieran prestar su servicio de manera habitual.