Los vecinos de Abdalajís salen a la calle en protesta por la falta de agua

Unos sesenta vecinos del Valle de Abdalajís se concentraron ayer ante la puerta de la estación de ferrocarril María Zambrano como signo de protesta por la falta de suministro de agua potable que el pueblo viene sufriendo desde hace cinco años. Tras el inicio de las obras del AVE y el desastre medioambiental de los acuíferos, en 2007 se firmó un convenio con Adif en el que la empresa responsable asumía el suministro de agua a los hogares del pueblo.

Acuerdo que se viene incumpliendo desde hace un año cuando la compañía se negó a continuar abasteciendo a sus vecinos a través de camiones cisterna. "No queremos que Adif se comprometa, el compromiso ya está hecho, queremos que lo cumpla en calidad y en cantidad; que asuman la firma que hicieron en los convenios", declaró Víctor Castillo, teniente de alcalde. Además, el agua que viene de los pozos no es potable, lo que obligó al Ayuntamiento de Abdalajís a firmar un nuevo convenio con la Diputación, quien actualmente se encarga del abastecimiento del pueblo.

Según el relato de los propios vecinos, los días de verano han sido los más duros. Proveerse de agua no ha sido fácil. Al Consistorio le está costando mantener los costes y los camiones cisterna pasan cada vez con menos frecuencia: "El agua del grifo, cuando sale, sale sucia. Y cuando llegan con agua tenemos que coger garrafas y cubos sin saber cuándo va a volver, puede que ya no tuvieras más hasta otro día", comentó María. "Durante el verano hemos estado casi todos los días sin agua. Llenábamos un cubo o dos cuando venía y luego ya con eso tenías que hacer el avío hasta que venía otra vez. A mi nieto lo tengo que regañar cada vez que abre el grifo. Todos los días la misma canción", expresó José López.

Asimismo, el portavoz de la Plataforma Pro-manantiales del Valle de Abdalajís, Pepe Romero, señaló también otros incumplimientos del convenio como informar anualmente de la evolución del acuífero o las compensaciones económicas: "No hay derecho a que un organismo que funciona con dinero público le falte el respeto al pueblo de esta manera. Ni nos arreglaron carreteras como han hecho en todas las carreteras del AVE, sino que ahora se atreven incluso a negarnos el agua", denunció Romero. Si la situación continúa, desde la asociación no descartan otro tipo de medidas como encierros.

En la actualidad el pueblo cuenta con 2.700 habitantes y una tasa de paro del 60%. Según señala Romero, "la población está obligada a emigrar desde hace décadas por culpa de las malas infraestructuras".