Las vallas vuelven al patio del Pablo Picasso y siguen las quejas de padres

Fuengirola

Denuncian la aparición de nuevas grietas en la unión del nuevo muro con el antiguo

El huerto del colegio está precintado porque el Ayuntamiento considera que no es seguro tras las obras.
El huerto del colegio está precintado porque el Ayuntamiento considera que no es seguro tras las obras.
Elisa Moreno Fuengirola

17 de septiembre 2016 - 05:01

Las quejas de los padres del colegio Pablo Picasso no cesan. Después de que la Junta acometiera la rehabilitación del muro del patio de infantil -año y medio después de que aparecieran las primeras grietas y ante el riesgo de derrumbe-, los más pequeños vuelven a jugar en un patio precintado por vallas. Los padres denuncian que el proyecto de mejora del muro no contemplaba el arreglo de todo el perímetro "solo la parte que cubre el patio, dejando unos veinte metros aproximadamente sin arreglar". "En ese trozo hay un pequeño huerto en el que gracias a la colaboración del conserje los pequeños disfrutan participando de la siembra, mantenimiento y recogida de verduras, que el Ayuntamiento ha precintado porque considera que no es seguro tras las obras del resto del muro", explica Verónica López, vicepresidenta del AMPA La Paloma.

Respecto a lo ya reparado, critican que la administración no contemplase en el presupuesto la pintura, por lo que este se encuentra aún sin pintar. "Queremos que después de haber estado viendo las horribles vallas durante año y medio los peques puedan disfrutar de algunos dibujos infantiles", comenta. Desde la asociación de padres y madres contemplan la posibilidad de hacerlo con recursos propios así como solicitar la colaboración del Ayuntamiento. Al mismo tiempo, denuncian la aparición de nuevas grietas en la unión del nuevo muro con el antiguo.

Pero no son las únicas quejas. Desde hace mucho tiempo vienen solicitando una reforma integral del edificio así como de sus suministros básicos de electricidad. "Seguimos con suelos agujereados en pasillos, aulas y patios. Y la electricidad es tan deficiente que no soporta que se enciendan varias pizarras digitales al mismo tiempo. En el comedor ya hemos sufrido varios incidentes con los plomillos que saltan o se queman porque no soportan el uso de la maquinaria. Se siguen cayendo tejas viejas, alicatados de baños, se mojan aulas de infantil cuando llueve porque los suelos están invertidos, puertas de baños y ventanas que no cierran por el descuadre de los marcos, persianas de cuerda en infantil al acceso de los niños", apunta López. Una larga lista a la que se suma la falta de accesibilidad. "El colegio no está adaptado a niños discapacitados, ni tan siquiera a niños que tengan algún accidente y tengan que estar usando muletas temporalmente", agrega.

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