Descubren dos pozos de la Mina de la Casa del Rey Moro de Ronda

Patrimonio

Los arqueólogos también han encontrado un sistema de evacuación de agua desde la sala de la noria y el suelo original

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Trabajos en la conocida como sala de la noria.
Trabajos en la conocida como sala de la noria. / Javier Flores

La Mina de la Casa del Rey Moro es uno de los complejos defensivos históricos de Ronda más desconocidos. Situado en el interior de este palacete en pleno casco urbano, la estructura excavada sobre la roca del Tajo permite llegar hasta el cauce del río Guadalevín, posibilitando de este modo a la ciudad poder contar con agua en caso de asedio.

Desde hace ya varios años un equipo dirigido por el arqueólogo Álvaro Jiménez, coordinado por Alfonso Jiménez, antiguo arquitecto mayor de la catedral de Sevilla, y Fernando Amores, uno de los máximos conocedores de la arqueología andalusí en la Península Ibérica, están realizando una profunda investigación sobre este monumento que incluyó el escaneo de la misma en 3D y la realización de diferentes catas arqueológicas en distintos puntos del complejo.

De este modo se busca arrojar luz sobre los aspectos que todavía esconde este monumento sobre sus funciones o las utilidades que tenían parte de su estructura, ya que existen diversos espacios excavados en la roca por la que desciende la escalinata hasta el fondo del Tajo.

Los trabajos arqueológicos de la segunda fase de investigación que se están realizando han sacando a la luz la existencia de un pozo central en la denominada como sala de los secretos.

Fernando Amores muestra los restos encontrados del pozo de la sala de los secretos.
Fernando Amores muestra los restos encontrados del pozo de la sala de los secretos. / Javier Flores

El sondeo realizado descubrió una parte del mismo del que se sospechaba su presencia pero que no estaba constatado. Además, los investigadores también sospechan que unos restos que han aparecido junto al brocal podrían formar parte de alguno tipo de estructura para recoger el agua.

Estas estructuras han sido encontradas a unos 70 centímetros de profundidad, confirmando también que los suelos de las salas fueron recrecidos en etapas posteriores, posiblemente, mientras el complejo fue propiedad de la Duquesa de Parcent.

En este punto también han encontrado restos de limos, lo que hace pensar que agua llegó a cubrir en algún momento este espacio que se encuentra a unos seis metros sobre el cauce del río. Es problema que fuese durante alguna de las crecidas del mismo al tratarse de una zona en la que las lluvias suelen ser abundantes.

Por otra parte, la ampliación de las excavaciones realizadas en la llamada sala de la noria también han permitido descubrir la totalidad del primer pozo que fue localizado por los investigadores en una primera intervención arqueológica.

Trabajos en la sala de la noria
Trabajos en la sala de la noria / Javier Flores

En este punto también se encontró parte del suelo original de las instalaciones y un sistema de desagüe concebido para poder sacar hacia el exterior el agua procedentes de las salpicaduras del trabajo de la noria y así evitar la acumulación en el interior de la sala. Un sistema que recorre el interior de la Mina hasta llegar al exterior y que cuenta en todo su tramo con huecos para facilitar su limpieza.

Tanto Álvaro Jiménez como Fernando Amores mostraron su satisfacción por el resultado de estos trabajo de excavación arqueológica que permitirán constatar cómo era esta estructura en sus orígenes a mediados del siglo XIV.

“Hemos podido constatar la existencia de los pozos que sospechábamos que existían”, señalaba Fernando Amores.

Suelo original de la estructura.
Suelo original de la estructura. / Javier Flores

Unos datos que permitirán a los investigadores tener nuevos datos para poder redactar el proyecto de restauración del espacio que en la actualidad está reconvertido en un espacio turístico.

Mientras tanto, para una tercera fase quedaría la investigación de la llamada sala de armas, en la que también se sospecha que se realizó un recrecido y que una de las ventanas podía ser originalmente una especie de garita al exterior para defender la puerta de entrada.

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