El urbanismo está siendo el gran reto del actual Gobierno de Ronda. Al inicio de la legislatura se plantearon importantes proyectos como la renovación del plan especial del conjunto histórico y el Plan General de Ordenación Urbana, lo que suponía asumir la renovación de toda la normativa municipal que lleva décadas tratando de actualizarse sin que hasta el momento ninguno de los gobiernos lograse hacerlo. Además, la elaboración de estos dos documentos conlleva un importante desembolso económico próximo a los 1,5 millones de euros.

En la actualidad ambos procesos se encuentran en marcha, aunque en diferentes etapas. Mientras el primero pasó la fase de aprobación inicial y se encuentra en periodo de alegaciones, el segundo se encuentra tan solo en la fase licitación, con seis empresas que optan a los dos lotes en los que ha sido dividido el proceso. De momento, el primero de los documentos está creando ciertos recelos entre profesionales, inversores y vecinos, al considerar que la propuesta contiene elementos que, lejos de facilitar la recuperación del conjunto histórico podría limitar la inversión.

Las fuentes consultadas apuntan, principalmente, a la intención del equipo redactor de prohibir que se puedan incrementar los volúmenes actuales de las edificaciones o que sea el equipo redactor el que determine qué casas pueden tener uso turístico. Además, el intento de llevar más tráfico al barrio de Padre Jesús al tiempo de que se proyecta como entrada turística semipeatonal tampoco termina de convencer a todos. Precisamente, este proyecto se encuentra todavía en una fase muy inicial y deberá superar un largo proceso de innovación.

A ello se suman otros proyectos que están tiendo diferente suerte en su tramitación. Y es que mientras se han completado diversas actuaciones para habilitar los caminos que recorren las murallas, la pasarela que se proyecta en el Tajo rondeño y que permitiría recorrer toda su garganta no termina de recibir el visto bueno. Únicamente su primer tramo, que permite el acceso hasta la base del Puente Nuevo, parece tener garantizada su realización mediante la adaptación de un camino existente y que, de hecho, es muy frecuentado por los turistas.

A ello se suma la construcción de una gran aparcamiento disuasorio en la entrada a la ciudad por el barrio de San Francisco, una actuación valorada en casi 5 millones de euros, y que recientemente recibió la aprobación inicial. Además está la polémica estación de autobuses, que el PSOE denunció ante la Fiscalía y cuyas obras siguen en marcha, y la construcción de una nueva piscina municipal por valor de más de 1 millón de euros.

Mientras tanto, otra de las grandes actuaciones anunciadas era la reconversión en un espacio del ocio al aire libre del antiguo campo del fútbol sobre el que se proyecto el frustrado centro comercial de Eroski. De momento, a pesar de los anuncios realizados, sobre este proyecto no se conoce nada más que los bocetos presentados en su momento.