La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto al jefe de la Brigada de la Legión, Melchor Marín, ha presidido este viernes en el acuartelamiento de Montejaque el acto de homenaje a los dos militares fallecidos en la últimas semanas. Jordi Oñoro, caballero legionario que murió durante unas maniobras en la base almeriense de Viator y que pertenecía Regimiento de Caballería Reyes Católicos y, José Luis Carrasco, infante de marina rondeño que murió tras ser golpeado por un tren que circulaba por la ciudad del Tajo cuando trató de rescatar a su perro.

La visita de la ministra, que se produjo en mitad de la polémica por las escuchas del CNI con orden judicial a algunos de los líderes independendistas catalanes que han ocasionado una importante crisis entre el Gobierno y sus socios nacionalistas, solo estuvo abierta a los medios gráficos y no se produjo atención a los medios de comunicación. De hecho, hasta el último momento no se concretó que los medios de comunicación estaban autorizados a acceder al interior de la base para recoger imágenes de recurso del acto.

Robles mantuvo un encuentro privado con los familiares de ambos militares que han asistido al acto y que acompañaron a la ministra en la zona de presidencia del patio de armas del acuartelamiento en el que se desarrolló la parada militar, que no contó con la presencia de invitados en las gradas en esta ocasión.

Banderines rinden honores ante el monolito a los caídos.

Unos momentos de mucha intensidad y en la que los asistentes no pudieron resistir las lágrimas ante el reconocimiento de sus compañeros en la base rondeña. Además, dos representantes de la Infantería de Marina también estuvieron presentes en la base rondeña como representación de la unidad a la que pertenecía uno de los militares fallecidos.

Durante el mismo los legionarios cantaron diferentes credos legionario y  han rendido homenaje a los caídos frente al monolito en su recuerdo y que estaba presidido por el Cristo de la Buena Muerte. Una imagen que fue portada a hombros por los legionarios y entronizada.

Tras el desfile final de los legionarios la propia ministra ha sido la encargada de ir a buscar a los familiares para depositar unos ramos de flores ante al monolito. Un acto en el que se mantuvo en un discreto segundo plano mientras la familia colocó los ramos de flores.

La ministra se mostró muy cercana con los familiares de ambos fallecidos y no dudó en agarrarlos del brazo para acompañarlos. Una vez finalizado el acto permaneció en el patio de armas para conversar con el resto de familiares que se acercaron para agradecerle su presencia en el acto.

Margarita Robles junto a los familiares en el patio de armas.

Tras finalizar el acto Robles volvía a tomar el helicóptero del Ejército de Tierra que la había trasladado hasta la ciudad del Tajo para regresar de inmediato a Madrid, por lo que su estancia en el acuartelamiento se prolongó por poco más de una hora.

Esta es la seguían visita que la ministra cursa a las instalaciones militares rondeñas, y es que tras llegar a su cargo fue uno de los primeros lugares a los que se desplazó para conocer el trabajo y la preparación de esta destacada unidad militar española que suele estar presente en las misiones internacionales en las que participa España en diferentes puntos del mundo.