Vinos hechos entre muros cargados de historia

Creados en una antigua Real Fábrica de Hojalata descansan entre los muros de su antigua iglesia

Un orange wine y un coupage andaluz son las dos últimas creaciones de esta bodega de Júzcar

En la iglesia reposan los vinos embotellados a la espera de su llegada al mercado
En la iglesia reposan los vinos embotellados a la espera de su llegada al mercado / Javier Flores

Cortijos andaluces, casas de campo, conventos abandonados o una Real Fábrica de Hojalata son edificios singulares que acogen a algunas bodegas de la Serranía de Ronda. En el último de los casos tomó ese mismo nombre y entre muros con cientos de años de historia se producen y descansan una gama de vinos naturales que llevan ya años en el mercado.

Las ruinas del que fue el primer alto horno español ha sido siendo rehabilitadas por su actual propietario, Enrique Ruiz, hasta completar un proceso que terminó con la recuperación de la zona de la iglesia en la que ahora resposan los vinos una vez embotellados a la espera de llegar al mercado. Lo último ha sido la incorporación de pinturas, aunque en este caso al desconocer las originales se optó por unas existentes en una iglesia copta de Etiopía y que vienen a dar el toque multicultural que también existe en esta bodega. Un espacio al que acuden residentes de diferentes países para aprender sobre su forma de elaborar el vino y participar en el trabajo diario.

En cuanto a sus vinos, una de las últimas novedades en el sector en la Serranía de Ronda lo aporta esta bodega. En este caso se prepara al lanzamiento de dos nuevas referencias: Moscatel Morisco Orange Wine y Moscatel Morisco & Palomino Coupage Andaluz. Ambos mantienen la elaboración natural que practica esta bodega.

Una visitante de la bodega toma una imagen del primer orange wine
Una visitante de la bodega toma una imagen del primer orange wine / Javier Flores

Ambos se encuentran ya embotellados y su llegada al mercado será inminente. Incluso algunos visitantes de la bodega ya han tenido la ocasión de probar algunos de ellos en los maridajes y catas que se ofrecen.

«Está muy bueno», señalaba uno de los primeros clientes que tuvo la ocasión de probar una botella del primer orange wine natural que han elaborado

En este caso se trata de una edición limitada de tan solo 700 botellas de este vino blanco tranquilo natural elaborado en maceración con sus pieles y fermentado y envejecido en barrica de roble durante 18 meses.

Crear para atraer la atención

«Somos una bodega pequeña y siempre tenemos que estar haciendo cosas nuevas para poder llamar la atención en un mundo tan competitivo», señala el propietario de la misma, Enrique Ruiz. Además, se muestra muy satisfecho con la preventa de este primer orange wine que ya alcanzó un tercio de la producción.

Mucho más peculiar es la historia de llamado Coupage Andaluz. Un vino que nace sin buscarlo. Todo comenzó con la visita de una persona afincaba en Marbella que había probado los vinos de esta bodega y quería conocer dónde se hacía. Allí, durante la visita, les propuso que se hicieran cargo de elaborar el vino de una finca de más de 30 hectáreas plantadas de palomino que habían adquirido en Jerez. Finalmente acordaron hacerlo pero solo con una pequeña parcela seleccionada previamente y con la realización de la vendimia nocturna.

Enrique Ruiz, propietario de la bodega
Enrique Ruiz, propietario de la bodega / Javier Flores

Completado el trabajo, en la bodega quedó la mitad de aquel palomino que como vino joven no le terminaba de convencer. Fue entonces cuando pensaron en darle un giro y realizar un envejecimiento en una barrica de Oporto para darle un toque especial. Allí pasó seis años. Tras ello, al realizar pruebas en la bodega detectaron que combinado con el moscatel morisco resultaba un ensamblaje «curioso» y «diferente. Finalmente optaron por esta combinación que está presente en la botella a un 50% de cada variedad.

Un nuevo vino del que se han elaborado unas 1.200 botellas y que también se espera que esté en el mercado de forma inminente.

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