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Alerta orugas procesionarias: los cuidados a seguir para evitar riesgos en niños y animales

Alerta procesionarias: los cuidados a seguir para evitar riesgos en niños y animales

Alerta procesionarias: los cuidados a seguir para evitar riesgos en niños y animales

La primavera está a tan solo un día de establecerse en nuestro hemisferio. Una estación deseada por todos, con el renacer de la naturaleza tras los meses invernales, con olores frescos y nuevos, y temperaturas más cálidas que nos permiten volver a disfrutar de planes y estampas más 'veraniegas'. Sin embargo, la estación 'bonita' también tiene su lado oscuro y compañeros algo incómodos. La más notable y molesta es, sin duda, la alergia, una reacción de nuestro sistema inmune a los nuevas sustancias que nos traen los aires primaverales. Pero más allá de ellas, la naturaleza deja salir a la superficie otros habitantes de su ecosistema. Entre ellos, las orugas procesionarias suelen ser uno de los insectos más comunes. Estos pequeños suelen estar presentes especialmente en climas cálidos y es propia de los pinares mediterráneos, donde se instalan en sus copas durante el invierno y descienden a la superficie para convertirse en mariposas durante la primavera. Estas pequeñas criaturas peludas pueden parecer inofensivas, pero en realidad son portadoras de una serie de riesgos potenciales para la salud de los animales y los niños. 

Una de las mayores preocupaciones en relación con las orugas procesionarias es su capacidad para causar una reacción alérgica grave en aquellos que entran en contacto con ellas. Esto se debe a que están cubiertas de pelos urticantes que pueden causar picazón, irritación y erupciones cutáneas en humanos y animales. En algunos casos, estas reacciones pueden ser bastante graves e incluso requerir tratamiento médico. ¿Cómo evitarlas?, ¿Cuáles son los mayores riesgos?

RIESGOS

Cabe destacar que en el caso de las mascotas puede causar incluso la muerte. Los animales son particularmente vulnerables a los efectos de las orugas procesionarias, ya que pueden ser atraídos por su pelaje. Si un perro o gato entra en contacto con una oruga procesionaria, puede sufrir una reacción alérgica grave que incluye hinchazón, dificultad para respirar y shock anafiláctico. En algunos casos, esto es lo que provoca la muerte del animal si no se trata. Asimismo, una picadura de este insecto le provocará graves heridas susceptibles de necrosarse.

En el caso de los perros, por ejemplo,  los síntomas cuando entran en contacto con estos pequeños animales son muy evidentes:

  • Babea y se frota las patas con el hocico de inmediato.
  • Se rasca la zona de forma compulsiva y con desesperación.
  • La lengua se hincha y aparecen manchas rojizas o moradas.
  • Fiebre o hipersalivación

Además de los peligros para la salud física, las orugas procesionarias también pueden presentar un riesgo para la salud de las personas, especialmente los niños pequeños. Los niños pueden ser atraídos por las orugas por su pelaje,  y pueden intentar tocarlas o incluso ponerlas en la boca. Esto puede resultar en una reacción alérgica grave o provocarles  urticaria, rinitis, conjuntivitis o asma.  Si los síntomas son leves, podemos intervenir inmediatamente desde casa con papel de celo o usando cremas corticoides o antihistamínicos.

MEDIDAS A SEGUIR

Para reducir los riesgos asociados con las orugas procesionarias, es importante tomar medidas preventivas en áreas donde se sabe que se encuentran:

  • Si tiene un jardín o un área al aire libre donde es probable que aparezcan las orugas procesionarias, asegúrese de mantener las áreas bien podadas y libres de maleza y otros escombros que puedan atraer a las orugas.
  • Educar a los niños sobre los riesgos asociados con las orugas procesionarias y enseñarles a mantenerse alejados de estas criaturas peludas.
  • No dejar sentarse a los niños en la arena en las zonas con pinares y tampoco que las miren ni las toquen.
  • Limpiar los árboles de los colegios para evitar riesgos 
  • Las mascotas deben ir atadas en corto y tener cuidado con sus hocicos

En el caso de que se produzca un contacto o picadura, las medidas a seguir más comunes son:

  • Aplicar frío local, con compresas húmedas o directamente con agua, pero sin frotar para no diseminar los pelillos e irritar más la piel.
  • Aplicar lociones con mentol o el aloe vera mejoran los síntomas y tienen efecto antiinflamatorio.
  • En el caso de los niños, aplicar cremas antibióticas antiinflamatorias que alivian los síntomas y reducen el picor.
  • Antihistamínico oral, en jarabe o pastillas, puede ayudar a aliviar el picor y las molestias. 
  • Colirio o lágrimas artificiales si se produce conjuntivitis
  • En el caso de los animales, lo mejor es acudir a un veterinario ya que las reacciones suelen ser más graves.

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