Investigación y Tecnología

Bisturí enzimático: una nueva perspectiva en el tratamiento del cáncer

Bisturí enzimático: una nueva perspectiva en el tratamiento del cáncer

Bisturí enzimático: una nueva perspectiva en el tratamiento del cáncer

El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, y su tratamiento puede ser extremadamente difícil y costoso. Sin embargo, los avances tecnológicos y médicos han permitido el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas, más allá de los tratamientos convencionales como la quimioterapia y la radioterapia. Durante mucho tiempo, los científicos han centrado su atención en las células cancerosas cuando se trata de investigar los tumores malignos, pero cada vez más se está prestando atención al microambiente tumoral que rodea y sostiene al tumor. A medida que se explora este territorio, se espera encontrar nuevas formas de tratamiento que superen los límites actuales de curación. De esta manera ha nacido la técnica conocida como bisturí enzimático, un tratamiento innovador que utiliza enzimas para eliminar las células cancerosas de forma más precisa y menos invasiva que otros métodos de cirugía. A diferencia de los métodos tradicionales, que requieren de un corte en el tejido del paciente, el bisturí enzimático puede cortar el tejido sin dañarlo, lo que resulta en una recuperación más rápida y una menor tasa de complicaciones.

El uso de enzimas para tratar el cáncer no es nuevo. En la década de 1920, el médico escocés John Beard propuso que el cáncer era causado por una deficiencia enzimática en el cuerpo y que la administración de enzimas pancreáticas podría ser efectiva en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, la teoría de Beard nunca fue ampliamente aceptada en su época y la terapia enzimática cayó en desuso durante varias décadas.

En los últimos años, se ha reavivado el interés en la terapia enzimática como una posible alternativa al tratamiento del cáncer convencional. Varios estudios han examinado su eficacia en el tratamientos contra diferentes tipos de cáncer, con resultados positivos que han reducido significativamente el tamaño de los tumores y han logrado la reducción de la invasión de células cancerosas.

Así, la comunicación entre las células tumorales y las células estromales también influye en esa debilitación terapéutica, como están demostrando algunos científicos en modelos de experimentación. Entre ellos, se encuentra Jorge Moscat, profesor en el Departamento de Patología del Centro Médico Weill Cornell, en Nueva York.

La hialuronidasa

Este estudio se ha aplicado al cáncer colorrectal mesenquimal , que constituye un tercio de todos los cánceres colorrectales.  En este tipo de cáncer, la inmunoterapia no acaba de funcionar porque el entorno del tumor impide a las células inmunitarias que destruya a las células tumorales. En este caso se ha utilizado la hialuronidasa, que degrada a su vez el ácido, reduce el tamaño de tumores en modelo murino experimental, y permite a las células inmunitarias atacar a las tumorales.  Esto es un enfoque que se había aplicado hace tiempo con la también profesora en el Weill Cornell María Díaz-Meco, en el cual mostraron que la acumulación de ácido hialurónico es un paso crítico en la formación de estos tumores. 

Combinar la inmunoterapia con inhibidores de checkpoint PD-L1 y CTLA-4 con la hialuronidasa eliminó las metástasis del cáncer colorrectal mesenquimal en el hígado de los animales. El trabajo también es relevante en la medida en que prueba que el andamiaje del tumor no es un simple sostén, sino que alberga múltiples señalizaciones celulares, de forma que cuando se rompe el andamio, no solamente destruyes la estructura y descolocas las células tumorales, sino que las dejas en una posición muy frágil, de incomunicación, por la que pierden su capacidad para crecer y encontrar diferentes caminos para expandirse.

STROMA FIRST

Esta visión sobre el abordaje del cáncer que tiene Jorge Moscat converge con la de la Damián García Olmo, jefe de Cirugía General del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, si bien el primero la desarrolla desde la perspectiva de los mecanismos subyacentes, mientras que el segundo la aplica al ámbito quirúrgico.

Según publica Diario Médico, García del Olmo indica que el enfoque tradicional de la investigación del cáncer ha sido en la destrucción de células malignas, pero esto ha resultado en un porcentaje considerable de casos que no se curan.  En lugar de centrarse en la teoría celular, que ha recibido una inversión muy alta en la investigación del cáncer, García Olmo cree que es hora de cambiar el foco y considerar otros objetivos, como el estroma, para mejorar los resultados. Aunque se ha destinado mucho dinero a la investigación del cáncer, los resultados han sido modestos en comparación con otras enfermedades con menos recursos. 

Así, el estroma, que antes había sido pasado por alto, puede tener un gran potencial terapéutico, según García Olmo y su equipo. La idea de "stroma first" propone atacar primero la estructura que sostiene el cáncer antes de las células tumorales. En el caso de García Olmo se ha llevado a cabo un estudio preclínico, en donde el estroma es protagonista de una nueva terapia experimental para mejorar la eficacia de ciertos tratamientos en el cáncer colorrectal.

''Las investigaciones del profesor Moscat explican lo que nosotros hemos constatado ya en experimentos preclínicos, y que ahora esperamos llevar a la clínica'', comenta Damián García-Olmo. En concreto, se refiere a un ensayo clínico en carcinomatosis peritoneal de origen colorrectal, donde se espera que el uso de la colagenasa actúe como un bisturí enzimático para romper y destruir el estroma tumoral, mejorando así el resultado de los tratamientos.  Este estudio es pionero en el uso de la colagenasa en el ser humano.

Se puede definir la carcinomatosis peritoneal de origen colorrectal como una inflamación del peritoneo causada por la propagación de células cancerosas del colon. Este tipo de cáncer afecta principalmente a pacientes jóvenes y se trata con citorreducción, ya que la quimioterapia no es efectiva. Después de la cirugía, se administra quimioterapia intraperitoneal hipertérmica para eliminar cualquier rastro del tumor.

Sin embargo, este tratamiento es complejo y solo algunos pacientes pueden tolerarlo.  A pesar de esto, la supervivencia a cinco años es de uno de cada cuatro pacientes, por lo que es importante intentarlo ya que la enfermedad tiene una historia natural desfavorable. El procedimiento quirúrgico suele durar entre 8 y 10 horas.

Otras aplicaciones de la terapia enzimática

Como hemos dicho, el uso de la terapia enzimática viene ganado popularidad en los últimos años. Las enzimas utilizadas en el bisturí enzimático son proteasas, que son proteínas que pueden degradar y descomponer otras proteínas. En este caso, las proteasas se utilizan para degradar el tejido tumoral y, al hacerlo, eliminar las células cancerosas del cuerpo.

Un estudio publicado en la revista "Oncotarget" en 2016 examinó la eficacia del bisturí enzimático en el tratamiento del cáncer de páncreas. Los resultados del estudio mostraron que la terapia enzimática fue capaz de reducir significativamente el tamaño de los tumores pancreáticos en modelos animales.

Otro estudio publicado en la revista "Cancer Research" en 2018 evaluó la eficacia del bisturí enzimático en el tratamiento del cáncer de mama. Los investigadores encontraron que la terapia enzimática fue capaz de reducir la invasión de células cancerosas en modelos animales y mejoró la supervivencia en ratones con cáncer de mama.

Una de las mayores ventajas del bisturí enzimático es que no daña el tejido sano cercano a la zona afectada por el tumor, lo que reduce el riesgo de complicaciones y permite una recuperación más rápida. Además, debido a que la eliminación de las células cancerosas es más precisa, el bisturí enzimático puede ser especialmente útil en el tratamiento de tumores cerebrales y otros tumores que se encuentran en áreas sensibles o difíciles de alcanzar.

Asimismo, puede utilizarse en combinación con otras terapias contra el cáncer, como la radioterapia y la quimioterapia. Esto permite un enfoque más completo y efectivo en el tratamiento del cáncer, lo que puede mejorar significativamente la tasa de supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.

Aunque estos estudios son prometedores, es importante destacar que todavía hay muchas preguntas sin respuesta sobre la terapia enzimática.  A pesar de sus muchas ventajas, el bisturí enzimático aún no está ampliamente disponible en todo el mundo. Su desarrollo y uso se limita actualmente a un número relativamente pequeño de centros médicos y hospitales especializados. Además, aún se necesitan más estudios clínicos para evaluar su seguridad y eficacia a largo plazo.

Pese a ello, el bisturí enzimático tiene el potencial de convertirse en una de las opciones terapéuticas más importantes para el tratamiento del cáncer. Su precisión, menor invasividad y capacidad de combinarse con otras terapias pueden hacer que sea una herramienta valiosa en la lucha contra esta enfermedad mortal.

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