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El perfil creciente de los Hikikomoris: el fenómeno de los jóvenes aislados que se niegan a vivir en sociedad

El perfil creciente de los Hikikomoris:  el fenómeno de los  jóvenes aislados que se niegan a vivir en sociedad

El perfil creciente de los Hikikomoris: el fenómeno de los jóvenes aislados que se niegan a vivir en sociedad

En los últimos años, ha surgido un fenómeno preocupante en la sociedad contemporánea: el creciente número de jóvenes que eligen retirarse completamente de la vida social y se sumergen en un aislamiento extremo. Estas personas son conocidas como Hikikomoris, un término japonés que se utiliza para describir a las personas que se retiran voluntariamente de la sociedad, evitando el contacto social de manera prolongada y con una participación de la vida fuera del hogar extremadamente limitada. El trastorno afecta principalmente a adolescentes y jóvenes que optan por aislarse del mundo, encerrándose en las habitaciones de sus hogares durante un período de tiempo indefinido, incluso llegando a estar años confinados. Estas personas rechazan cualquier forma de comunicación y su vida se centra en el uso de Internet y las nuevas tecnologías.

La palabra hikikomori, derivada de los términos japoneses "hiki" que significa "retirarse" y "komori" que significa "estar dentro", fue acuñada en Japón en 1998. Surgió como respuesta a un fenómeno observado durante años en el país, en el cual los jóvenes optaban por un aislamiento extremo de su entorno. Encerrados en sus habitaciones, se desconectaban del mundo y eran, a su vez, olvidados por él.

Lo curioso era que estos jóvenes no solían presentar diagnósticos de enfermedades mentales graves. Más bien, lo que sucedía era que, en aquel entonces, el país atravesaba una profunda recesión económica, lo que había llevado a muchos jóvenes a no poder alcanzar sus metas. La frustración de no encajar en lo que ellos consideraban como una vida exitosa los impulsaba a retirarse de la sociedad. Un escenario similar que está sucediendo en nuestro país, con las crecientes crisis y la precariedad laboral de los jóvenes, y que preocupa a expertos y autoridades por el impacto que puede tener en esta franja de población. 

Aunque este fenómeno se originó en Japón y está asociado a la cultura exigente, competitiva e individualista de dicho país, poco a poco se ha extendido por el resto del mundo como una especie de pandemia, aunque con características distintas en cada sociedad. Estudios recientes sobre la prevalencia del trastorno están identificando un aumento de casos en otros lugares del mundo, como Omán, India, Italia, Estados Unidos, Corea y España.

PERFIL

El perfil de los Hikikomoris varía, pero existen algunas características comunes. En su mayoría, son jóvenes que han experimentado dificultades emocionales, como ansiedad, depresión, estrés o trastornos relacionados. Asimismo, también surge como una forma de escape de las exigencias y demandas de la vida social. Estos jóvenes se sienten abrumados por las expectativas culturales, el temor al juicio de los demás y las dificultades para enfrentar situaciones sociales. El aislamiento se convierte en una especie de refugio donde se sienten protegidos de las presiones y el estrés del mundo exterior.

Fuera de Japón, el primer estudio en Europa sobre las características sociodemográficas y clínicas de un grupo de individuos con hikikomori, que tuvo lugar en España, específicamente en el área de alertas domiciliarias del Hospital del Mar,  la muestra de estudio incluyó a 1.297 personas, de las cuales 164 recibieron un diagnóstico de este trastorno. Aunque hubo 36 casos adicionales, los familiares optaron por no participar en el estudio.

El estudio fue llevado a cabo por el equipo de Víctor Pérez Solá, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona). Según reportaron los resultados, el perfil más común eran hombres jóvenes con una media de edad de 36 años, frente a los 51 de ellas.
Según apunta Pérez Solá, en el caso de las mujeres, el aislamiento extremo suele estar asociado a enfermedades mentales graves como la esquizofrenia. En estos casos, se clasificaría como un hikikomori secundario, ya que el aislamiento surge como resultado de un problema psiquiátrico subyacente.
Por otro lado, el hikikomori primario se refiere a un retiro voluntario causado por factores como la ansiedad, la depresión o la sensación de soledad. 
De hecho, atendiendo a esto, de acuerdo con el informe más reciente del Observatorio de la Soledad No Deseada, son los jóvenes quienes experimentan más este problema. Según los datos proporcionados, aproximadamente el 40% de las personas que experimentan soledad no deseada tienen menos de 34 años, una cifra que duplica la de aquellos mayores de 65 años.
En cuanto a la influencia de las tecnologías en este fenómeno, es importante destacar que muchos de estos individuos encuentran en su computadora y en el espacio de su habitación el mundo que les ha sido negado en la vida real, donde encuentran una comunidad que les acepta y quedan atrapados frente a una pantalla y entre cuatro paredes. Como consecuencia de esto, existe un número muy elevado depacientes en riesgo de adicción a Internet, pudiendo haber en la actualidad en torno al 10% de diagnósticos de dicha adicción. Esto se intuye ya que casi ninguno de los casos presenta signos de agorafobia. 

Urgencia de medidas públicas y apoyo emocional

El impacto de los Hikikomoris en la sociedad no debe ser subestimado. Su rechazo total a vivir en sociedad plantea interrogantes sobre la salud mental y el bienestar emocional de los jóvenes de hoy en día. Además, la carga que supone para las familias y los sistemas de apoyo social es significativa, ya que muchos Hikikomoris dependen de sus familiares para su subsistencia y cuidado.

Abordar este fenómeno requiere una combinación de enfoques y medidas. Es crucial ofrecer apoyo emocional y terapia psicológica a los Hikikomoris, ayudándolos a enfrentar sus dificultades emocionales y a desarrollar habilidades sociales. Asimismo, es necesario trabajar en la prevención y reducción de las presiones académicas excesivas y fomentar entornos más inclusivos y comprensivos.

Las autoridades también deben desempeñar un papel importante en la identificación y el apoyo a los Hikikomoris. La creación de programas de reintegración social, que proporcionen oportunidades de educación y empleo adaptadas a las necesidades de estos jóvenes, puede ser fundamental para su recuperación y reinserción en la sociedad.

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