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Hay muchas maneras de proteger la piel contra los fuertes rayos solares de la estación de verano. Realmente, la piel es un órgano, el más grande que tenemos, que debe cuidarse durante todo el año, incluso en los días nublados y usando, sobre todo, lociones hidratantes de factor 50. En muchas ocasiones, podemos cubrir la piel con ropa que es una manera muy efectiva de que los rayos solares no penetren, pero hay zonas, como la cara, que no podemos tapar.
La piel desempeña roles importantes tales como la regulación de la temperatura, la percepción sensorial y la síntesis de vitamina D. Para entender cómo afectan los rayos solares a la piel, primero debemos saber qué estructura tiene. Está compuesta por tres capas principales: la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo, y cada una de ellas tiene unas características y funciones específicas que contribuyen al mantenimiento de la salud.
La epidermis es la capa más externa y está formada principalmente por queratinocitos y contiene melanocitos, las células responsables de la producción de melanina, el pigmento que da color a la piel y proporciona cierta protección contra los daños del sol.
La dermis, situada debajo de la epidermis, es una capa más gruesa que contiene colágeno y elastina, fibras que proporcionan soporte y elasticidad. También alberga vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas, y folículos pilosos. La capa subcutánea, o hipodermis, está compuesta principalmente por tejido adiposo, que actúa como un aislante y amortiguador, protegiendo los órganos internos de impactos externos.
La necesidad de proteger la piel de los rayos solares mediante protección solar es de suma importancia debido a que hay muchas posibilidades de contraer enfermedades procedentes de "tomar el sol" en exceso. Cuando hablamos de los rayos ultravioleta, hay que hacer dos distinciones, según la manera en la que estos penetran en nuestra piel.
Por un lado, están los rayos UVA que entran profundamente en la piel y son responsables del envejecimiento prematuro, fomentando la aparición de arrugas y de manchas solares. Además, dañan el ADN de las células de la piel y esto quiere decir que aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Por otro lado, están los rayos UVB que, aunque no penetran tan profundamente, nos dejan lesiones visibles en la piel como son las quemaduras solares y también juegan un papel significativo en el desarrollo del cáncer de piel.
Así que, en cualquiera de los dos casos, la exposición excesiva al sol, sin la adecuada protección, te va a ocasionar daños, muchos de ellos irreversibles y a largo plazo que es cuando se suelen percibir los efectos de esa excesiva exposición solar, contribuyendo al fotoenvejecimiento.
Esto quiere decir que la piel pierde elasticidad, aparecen arrugas profundas y una hiperpigmentación (manchas en la piel) que, muchas veces, ni la mejor crema que hay en el mercado logra conseguir que desaparezcan. De ahí, la importancia del uso del protector solar todo el año. Podemos ver una muestra en el siguiente vídeo:
El protección solar actúa como una barrera que absorbe, refleja o dispersa los rayos ultravioleta, reduciendo significativamente su impacto en la piel. Los dermatólogos recomiendan el uso diario de un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar, incluso en días nublados o cuando se está en interiores cerca de ventanas, ya que los rayos UVA pueden penetrar el vidrio.
Debes acompañar el uso del protector solar con otras medidas como es la ropa, uso de sombrero y gafas de sol. Otras recomendaciones son permanecer a la sombra en las horas de raciones solares más intensas como son entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
La exposición prolongada a los rayos UV está estrechamente vinculada con el aumento del riesgo de cáncer de piel, incluidos el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma, siendo este último particularmente agresivo y mortal si no se detecta a tiempo.
Los profesionales reclaman más prevención porque si bien es cierto que el melanoma no es el cáncer más extendido, si es el más agresivo por su rápida extensión por todo el cuerpo y originar metástasis. Así que una detección a tiempo, puede frenar su desarrollo y gravedad de la enfermedad.
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