Ubicada en la parte frontal inferior del cartílago tiroideo en el cuello, la glándula tiroides es una pequeña pero crucial estructura anatómica de nuestro cuerpo. Se desarrolla entre las semanas 3 y 5 del proceso embrionario y tiene un papel destacado en la regulación del metabolismo celular. El hipotiroidismo y el hipertiroidismo son dos trastornos que afectan a la glándula tiroides. En concreto, el hipotiroidismo es una condición en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea, lo que provoca una disminución en el metabolismo. Las personas que sufren de esta afección pueden experimentar síntomas como fatiga, aumento de peso, sensibilidad al frío y debilidad muscular.

Por todo ello, la alimentación juega un papel fundamental en el manejo del hipotiroidismo, ya que puede ayudar a mejorar los síntomas y a mantener un peso saludable. Es importante que quienes padecen esta afección consuman una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales como yodo, selenio y zinc, ya que contribuyen al buen funcionamiento de la tiroides.

Los alimentos que debes evitar si sufres hipotiroidismo

La tiroides produce dos hormonas principales: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y son esenciales para la síntesis de numerosas proteínas, así como para la metabolización de los carbohidratos, es por ello que desempeñan un papel especialmente relevante durante las etapas de crecimiento y desarrollo. Dada su influencia en una amplia variedad de funciones corporales, es imprescindible mantener una glándula tiroides sana y funcionando correctamente.

El hipotiroidismo surge cuando la producción de hormonas por la glándula tiroides disminuye y, como resultado, no es suficiente para cumplir con todas sus funciones adecuadamente. Tras diagnosticar el hipotiroidismo a través de pruebas sanguíneas que determinan los niveles hormonales, es esencial complementar el tratamiento farmacológico con una dieta adecuada. El yodo es un componente vital para la síntesis de las hormonas en la glándula tiroides. Por lo tanto, es fundamental incorporarlo en la alimentación diaria a través de los alimentos consumidos. Además del yodo, hay otros nutrientes esenciales que contribuyen a garantizar un buen funcionamiento del tiroides. Es el caso del zinc, que se encuentra en alimentos como la carne roja y los frutos secos; o del hierro, en todas las carnes y pescados. 

No obstante, en el lado contrario se encuentran aquellos alimentos que las personas que padecen de hipotiroidismo deben evitar siempre que sea posible. Por ejemplo, las verduras crudas como la col lombarda y los rábanos contienen bociógenos, sustancias que pueden interferir con la función tiroidea al dificultar la absorción de yodo. Además, se recomienda evitar caldos, sopas o aguas resultantes de hervir alimentos bociógenos, ya que también pueden afectar el funcionamiento de la tiroides. Por otro lado, la soja y sus derivados merecen una atención especial, ya que pueden aumentar la excreción fecal de la hormona tiroxina, lo que podría afectar los niveles de hormonas tiroideas en el organismo. De igual modo, el exceso de cafeína puede interferir con la absorción del medicamento de reemplazo de la hormona tiroidea, reduciendo su eficacia; o el consumo de alcohol, ya que puede afectar la capacidad del hígado para descomponer el medicamento de reemplazo de la hormona tiroidea, prolongando su tiempo de permanencia en el cuerpo y aumentando el riesgo de efectos secundarios.