Semana Santa

Mesura, emoción y sentido de hermandad en Dolores del Puente en Málaga

La Virgen de los Dolores del Puente en su trono

La Virgen de los Dolores del Puente en su trono / Javier Gallardo

La Virgen de los Dolores es una de las grandes devociones arraigadas en la ciudad. Tan solo hay que acudir un día cualquiera hasta su capilla en el viejo Perchel o ver los extensos tramos de cirios de la dolorosa, pertenecientes al cortejo de nazarenos, que pone en la calle cada Lunes Santo. El Cristo del Perdón es una devoción mucho más cercana, de aquellas personas que lo buscan en el rincón de la iglesia. Un soberbio crucificado que procesiona junto a los dos ladrones, San Juan Evangelista y la antiquísima Virgen de la Encarnación.

En la nave central de Santo Domingo se han organizado los nazarenos, que esperaban sentados en diferentes bancos. Al fondo, en la puerta por la que diariamente entran tantos devotos, ha estado dispuesta la cruz de guía, solitaria, como esperando hacer un camino que no ha existido. En la nave de la capilla sacramental, ambos tronos, con la cera de los candelabros y hachones encendidas, pidiendo calle. Este año no han atravesado el dintel del templo los negros nazarenos, ni el sol ha besado el característico palio de estilo antequerano que encierra a la Virgen.

A las 18:00 ha aparecido el hermano mayor de Dolores del Puente, Francisco Muñoz, en el presbiterio de la parroquia. Tras unas breves y acertadas palabras, ha anunciado que la hermandad no realizará su estación de penitencia. Muñoz ha declarado que es una decisión tomada desde el sentido de la responsabilidad, mirando tanto por los hermanos participantes del cortejo como por las bandas y el patrimonio artístico. Después del anuncio de la no salida, han realizado el rezo previsto durante el tránsito por la Catedral, dirigido por el director espiritual.

Tras el rezo de la estación de penitencia, ha retumbado en las naves de la iglesia un escueto pero hondo viva a la Virgen de los Dolores del Puente y el Cristo del Perdón. Mesura y emociones contenidas que se han dejado escapar a través de alguna pequeña lágrima. Una hermandad que sabe cual es su lugar, su estilo y el sentido de lo que se celebra en estos días. La forma en la que han actuado los hermanos lo refleja.

La hermandad ha ido, poco a poco, desalojando los diferentes tramos de nazarenos y a los portadores del interior de la parroquia de Santo Domingo. El horario de visita de los Sagrados Titulares comenzará una vez que se disponga todo en el interior del templo y se alargará, previsiblemente, hasta bien entrada la noche, cuando la corporación debía realizar su encierro. Ya espera Málaga que llegue un nuevo Lunes Santo para decir “paso a la Virgen de los Dolores, la del puente”.

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