Lágrimas de emoción en el Lunes Santo rondeño

Lunes Santo. Ronda. La Hermandad del Huerto toma el relevo tras un gran Domingo de Ramos que arrancó de forma brillante la Semana Santa rondeña con tres cofradías que realizaron estación de penitencia.

En esta jornada solo procesiona esta cofradía en la ciudad del Tajo, con un recorrido situado en el centro de la ciudad y que parte desde la iglesia de Santa Cecilia, cuyos alrededores concentran fieles desde horas antes del inicio de la estación de penitencia.

En el interior se palman los nervios tras la mala experiencia del pasado año con la lluvia. Y es que los hermanos desean poder disfrutar de un recorrido sin sobresaltos y recuperar la normalidad. En la calle miles de personas llenan las aceras con zonas en las que las filas de multiplican conforme se acerca la salida y las puertas del templo de abren dejando salir los primeros nazarenos mientras los costaleros se preparan para la primera levantá. Es entonces cuando llegan uno de los grandes momentos de la salida, mientras el paso del Señor Orando en el Huerto enfila las puertas de su iglesia y de fondo suena Padre Jesús interpretado por cantante rondeña Ainhoa Pérez.

Tras ello toca temple para lograr salir por una puerta que no deja ninguna oportunidad de cometer un error ya que el paso pasa rozando sus piedras milenarias. Seguidamente, la empinada bajada vuelve a poner nuevamente el corazón en un puño de los presentes, mientras los costaleros y su capataces hacen un demostración de templanza y tranquilidad.

Una vez en las calles de la ciudad llegó en turno paso de María Santísima Consuelo de las Tristezas que afrontó sus primero metros, todavía dentro de su iglesia, acompañada de la marcha Guadalquivir, adaptada por Francisco Ángel Pérez, e interpretada por Ainhoa Pérez acompañada por un coro de niños. Un momento que hizo que algunos de los hermanos no pudiesen reprimir las lágrimas de la emoción.

Del mismo modo, cruzar las puertas del templo es una maniobra milimétrica, ya que las bambalinas del paso de palio y su leve movimiento todavía complican más el trabajo de capataces y costaleros, que durante un momento tienen que llevar el paso sobre sus manos, tras lo que el público rompió en un fuerte aplauso.