En el barrio del Ejido, la tradicional banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos anunciaba la salida de la cofradía del Prendimiento en el Domingo de Ramos. Con la banda formada en calle San Millán, se incorporaban de manera ordenada los nazarenos al cortejo.
Por motivos de espacio del salón de tronos, la casa hermandado del Prendimiento abrió desde temprano sus puertas para terminar de montar los varales de la cabeza de los tronos.
El sentimiento capuchinero se siente con esta cofradía y como símbolo de ello, son sus calles llenas de vecinos y malagueños ante la atenta mirada de Jesús del Prendimiento. Este año el trono del Señor ha presentado un frondoso olivo que dejaba una preciosa estampa a lo lejos des beso de Judas por la cantidad de 30 monedas.
Tras la salida del Señor, la Virgen del Gran Perdón se les quedaban pequeña las calles del barrio con su inmenso trono. Un auténtico joyero para la reina de Capuchinos. La banda de la Soledad de Mena fue la encargada de poner los sones musicales tras la Virgen del Gran Perdón. Una combinación que dejó momentos espectaculares en la calle, como la interpretación de la marcha 'La hora del Gran Perdón' del compositor José María Muñoz Cabrera.
La salida de la cofradía la realizaron con los dos tronos a la vez bajo el himno nacional. En la calle San Millán, los tronos del Prendimiento procesionaron uno al lado del otro por calle tras la salida de la cofradía. Hombres de trono de ambas secciones se dieron la mano como símbolo de Hermandad.
Como novedades, la cofradía presentó un broche para la Virgen con dos monedas antiguas, un rostrillo para la Virgen en seda bordada a mano, una placa en metacrilato para trampilla trono Virgen donada por los componentes del Arca Capuchinera y la nueva túnica de San Juan.
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