RAFAEL PAREJA SEDEÑO - ALBACEA GENERAL DEL MONTE CALVARIO

“Las hermandades que no abren la puerta a la juventud tienen un problema”

  • Piensa que las hermandades deberían apostar más por el capirote entre los pequeños

  • Cree que Málaga ha cumplido con las expectativas de este año

Rafael Pareja, junto a un mosaico de sus Titulares en la ermita del Monte Calvario.

Rafael Pareja, junto a un mosaico de sus Titulares en la ermita del Monte Calvario. / R.P.

DECÍA Picasso que el camino de la juventud lleva toda una vida. Recorrerlo con el aire fresco y renovador de una generación nueva es una de las virtudes con las que la hermandad del Monte Calvario cuenta. No es cuestión de edad, sino de espíritu, y con ese entusiasmo Rafael Pareja reflexiona sobre el papel de la juventud y la Semana Santa de Málaga sin procesiones en la calle.

–¿Cómo surge su vinculación con la hermandad del Monte Calvario?

–Aunque mis orígenes estaban en Estudiantes porque mi abuelo fue uno de los fundadores, llego al Monte Calvario de la mano de mi tío sobre el año 2000, pero no me hice hermano hasta 2006. Poco a poco fui involucrándome en la hermandad y desde el 2012 formo parte de la junta de gobierno.

–¿Cuál es su primer recuerdo en la cofradía?

–Curiosamente me hice hermano un mes antes de que las imágenes del Cristo Yacente y la Virgen de Fe y Consuelo se quemaran. Entré un 31 de enero de 2006 y el incendio se produjo el 26 de febrero de ese mismo año. Mi primer Viernes Santo fue aquel en el que, en lugar de la representación de la Mortaja, salió solo el estandarte del Cristo. La Virgen lucía la ráfaga porque la corona también se había quemado. Para ese año, además, nos tuvimos que refugiar en San Juan porque comenzó a llover. Lo mismo ocurrió en 2007 con el agua, solo que esta vez nos quedamos dentro de la Catedral y volvimos el Sábado Santo por la mañana.

–¿Qué momento especial guarda de su hermandad?

–Precisamente no es del Viernes Santo. En la hermandad valoramos más los actos de culto interno, que nos van indicando que la Semana Santa ya está aquí. Los siete viernes anteriores al Viernes de Dolores celebramos el septenario de la Virgen y, cuando escucho la primera copla de Hilarión Eslava, que se le dedica a la Virgen, me doy cuenta de que estamos en el preludio, de que todo va a empezar.

–¿Cómo ha vivido la albacería los preparativos de la Semana Santa?

–Muy intensa porque hemos tenido una serie de cultos que nos han obligado a estar muy activos. En febrero comenzamos con el septenario y posteriormente tuvimos el besamanos a la Virgen en la Victoria. Este fue el primer gran culto que hubo que montar y vino acompañado del altar para el Viernes de Dolores y el del Viernes Santo. Por lo tanto, ha sido un no parar.

–Es de una generación que, de un tiempo a esta parte, ha comenzado a tener responsabilidad en las cofradías. ¿Málaga es aperturista con la juventud?

–Creo que depende de la cofradía. Hay algunas a las que quizá les cuesta todavía dar el paso pero aquellas en las que hay un hermano mayor joven, de unos 40 años, se están abriendo las puertas a la juventud. Es un hecho que las hermandades que no se abren a la juventud tienen un problema.

–¿Qué cree aporta la juventud a la Semana Santa?

–Sobre todo ilusión. Cuando llegas a una cofradía no sabes bien donde te has metido pero, conforme vas conociendo cómo se vive el día a día, comienza a despertar en ti una ilusión que se transmite a su junta de gobierno y a los hermanos. Y también es el amor a los Titulares, que realmente es lo que motiva a uno a seguir trabajando en una cofradía.

–Sale de fiscal del trono de la Virgen en la procesión.

–Mi función es hacer la cruceta del trono de la Virgen, ir indicando los puntos en los que tiene que parar, lo largos que tienen que ser los tramos. Estoy entre el equipo del trono y la jefatura de procesión, como un enlace. Es un puesto que viene de Sevilla y que en Málaga no existía, de hecho creo que somos los únicos que lo tenemos. Funciona muy bien ya que libera mucho tanto a la banda como a los mayordomos y permite a cada una de las partes desarrollar mejor su función.

–Mucha gente está deseando cumplir los 18 para entrar en el trono ¿Cómo ve la relación de la juventud con el papel del nazareno?

–En el Monte Calvario no tenemos la típica guardería de faraona. Algunos salen de monaguillo, aunque solo hay 10 o 20 puestos libres por cada trono, así que la mayoría salen directamente de nazareno. Llevamos niños de hasta 6 años con capirote. El objetivo es inculcar desde el principio la cultura del capirote para que, desde chicos, conozcan las sensaciones de ser nazareno. Gracias a esto, hay muchos que llegado el momento prefieren seguir saliendo de penitente. Creo que muchas hermandades deberían plantearse reducir la sección de faraona y apostar más por el capirote.

–¿Ha cumplido la ciudad con las expectativas que había para esta Semana Santa?

–Sí, y además con buena nota. Hace unas semanas hablábamos en la radio de cómo iba a afectar la pandemia al devenir de las cofradías. Visto lo que hemos visto, está claro que la juventud tiene muchas ganas de Semana Santa y de vivir sus cofradías. Estoy convencido de que no va a haber ningún problema cuando toque volver porque la ciudad está preparada para vivir de nuevo la calle.

–¿Cuáles fueron las sensaciones el Domingo de Ramos?

Al principio fue un bajón, lo reconozco. Pero en el momento en el que me puse la americana y la corbata me mentalicé y salí a la calle con la idea de que no había pasado nada. Todos los años, lo que hago es ir a los Remedios a comprarme una palma y luego ir en busca de Pollinica. Este año hice exactamente lo mismo. Lo cierto es que me ha costado más ver todas las cofradías que en 2019, así que a su manera, disfruté de la jornada.

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