El Miércoles Santo seguía la senda de los días anteriores, a excepción del Martes Santo. La jornada estaba nublada en Málaga capital y todos miraban al cielo. En el barrio de Capuchinos se empezaron a agolpar los malagueños en torno a las 16:20 en la puerta de la hermandad salesiana. En el interior del colegio salesianos se reunían los portadores, nazarenos y banda a la espera de la decisión de la junta de gobierno de suspender la estación de penitencia o salir. 

Justo este 27 de marzo la hermandad cumplía 32 años desde que procesionó por primera vez en 1991 cuando aún no formaban parte de la Agrupación de Cofradías. Pero la celebración se ha tornado amarga cuando cerca de la hora de salida se ha terminado anunciando que se suspendía la estación de penitencia. Como cosa del destino en ese preciso momento empezaba a llover en Málaga. 

Nadie se movía de la puerta a la espera de poder entrar a acompañar a los titulares. Del colegio salían los portadores y nazarenos sin sus tradicionales túnicas negras y con lágrimas en los ojos marchaban hacia el interior de la casa hermandad, donde realizaron una oración. Muchos de ellos niños sin consuelo que veían como su sueño de salir con su hermandad se truncaba por la lluvia. 

Tras la entrada del cortejo ya se escuchaban los tambores de la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Cautivo de Málaga, entre estos sonidos se escucharon aplausos del interior de la casa hermandad dando por finalizado el acto privado, por la puerta pequeña empezaron a salir todos los nazarenos y portadores y se abrieron las puertas de la casa hermandad ante una calle llena de malagueños que querían acompañarlos entre aplausos. 

Una espontánea rompe el silencio creado en la puerta, cantando una saeta a las imágenes del Santo Cristo de las Penas y María Santísima del Auxilio. Al terminar la banda iniciaba su marcha colocándose frente al trono de salesiano e iniciaban la marcha bajo la lluvia de Málaga, lo que les obligó a abandonar el lugar. 

Los fieles ingresaron en el salón de trono para acompañar y visitar a los titulares, entre ellos muchos hermanos con la cara bañada en lágrimas que se negaban a dejar el lugar. Un día amargo para la hermandad que este año rendía homenaje mediante su angelito Pablo, que portaba un báculo y una oveja, a la Divina Pastora patrona del barrio de Capuchinos, que será coronada de forma canónica.