Bastante público se ha dado cita en la calle Frailes, desde donde ha comenzado a salir la Hermandad de la Sentencia. Mayores, jóvenes y niños, algunos con pocos meses de vida a los que sus padres ya han vestido con la túnica nazarena, no han querido perderse la salida de la cofradía. Tres toques en la puerta por parte de un hermano han dado el aviso para que se abriese el portón y comenzase a discurrir el cortejo procesional. Por la puerta han salido la cruz guía y los faroles mientras que el resto de hermanos nazarenos han formado en la calle Hinestrosa.

Ha partido el Cristo de la Sentencia de su casa hermandad tras los nazarenos de terciopelo morado y cirios rojos, señal del carácter sacramental de la corporación, con mecida corta. A los sones de la marcha Y al tercer día, de Alejandro Blanco e interpretada por la agrupación musical Arroquia Martínez, ha ido ganando metros el trono por la calle Frailes entre los aplausos. Este Martes Santo es el último año que la hermandad procesiona el insigne trono de Pérez Hidalgo. Dios mediante, el próximo Martes Santo lo hará sobre uno ejecutado por Manuel Toledano y diseñado por Ruiz Montes. Ha alcanzado el final de la calle al son de otra marcha, en este caso Reina de Reyes.

Los nazarenos celestes de la Virgen del Rosario han inundado la calle Frailes. De los tramos de insignias a los cirios, en esta sección blancos, han ido discurriendo uno a uno. Al fondo, desde el interior del salón de tronos se han escuchado los ecos de la campana de la Virgen. Una imagen antiquísima que comenzó siendo de gloria y que, tras una intervención, se convirtió en la dolorosa que hoy los cofrades conocen.

Entre vítores y aplausos, despertando pasiones en los que la contemplaban, ha comenzado a caminar en el interior de la casa hermandad la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Ha sonado la marcha de Perfecto Artola, interpretada por la banda de música de la Soledad de Mena, cuando las luces de la candeleria se han reflejado en el alto portón. Se ha perdido el trono calle Frailes abajo al son de la marcha Como tú, ninguna.