Vélez no entiende de horarios para echarse a las calles

Al Pobre y la Esperanza nunca les faltó gente que los esperarán en su salida -desde el pasado año en el barrio de Capuchinos- ni tampoco que los siguieran por las calles de Vélez-Málaga. Por eso no podía ser un problema dejar la madrugada para pasar la primera de la tarde del Jueves Santo. Con el sol de las cinco sonaba el himno nacional que sacaba al Nazareno de su tinglado. Una estampa diferente la que ofrecía la serena imagen de Sánchez Mesa que este año también se vio forzado a cambiar el lugar desde donde bendecir a su pueblo. Dejó la plaza de Las Carmelitas, donde se encuentra la tribuna por la Lonja de Capuchinos, en pleno corazón del barrio. La campana, que estrenaba lucía: "Jesús El Pobre, Señor de Vélez".

La luz del día, para muchos denostada, también dejó ver a otra Esperanza que como es tradición caminaba sobre la alfombra de romero. Este año, como cada cuatro, lució el manto de flores diseñado por Martín España. En el centro tenía el anagrama Isus Hombre Salvador rodeado de cadenetas de flores recreadas con claves blancos, amarillos y terracota.

Aunque la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder en su Tercera Caída y María Santísima de la Amargura sólo adelantaron su horario diez minutos con respecto al año anterior, fue suficiente como partir junto al Pobre y la Esperanza en jornada de tarde y noche.

Luego llegaría la sobriedad de Estudiantes y el elegante conjunto de Nuestro Padre Jesús de la Humilidad y María Santisima de la Paz. El broche de la noche lo puso Nuestro Padre Jesús Nazareno El Rico y María Santísima de la Piedad.