El reloj marcó la medianoche. En Málaga sonaron cohetes que provenían del barrio del Puerto de la Torre. Era el día, llegó el Viernes de Dolores, y la ciudad se rindió ante la Virgen María. Todos los vecinos se reunieron para venerar a unos titulares que estuvieron expuestos en su parroquia junto a San Juan Evangelista. Un exquisito monte de corcho bastó para acoger a un crucificado imponente y a su Madre de los Dolores ataviada de negro, sencilla y cercana. Y como símbolo de sus dolores, siete puñales atravesaron su corazón.

Pero el barrio sabía que era especial, el Puerto de la Torre plantó cara a un año complicado, marcado por la crisis del coronavirus, y mostró por primera vez el palio que cobijará, en Hermandad y Caridad, a la Virgen de los Dolores. La presentación corrió a cargo de Francisco Parrales, vocal de comunicación de la hermandad de la Salud. La emoción se hizo patente en la explanada frente a la casa hermandad de la corporación.

Durante toda la jornada, la iglesia de San Pedro acogió a cientos de fieles

La mañana amaneció soleada y con decenas de personas apostadas en la puerta de la iglesia de San Pedro. Tras ella, lucía espléndida la Virgen de los Dolores Coronada de la archicofradía de la Expiración. La corporación expuso a la Dolorosa de forma ininterrumpida durante todo el día, los vecinos del Perchel se postraban ante Ella, se arrodillaban y le ofrecieron claveles. El Cristo de la Expiración culminaba la escena con un tricornio de la Guardia Civil a sus pies. Las telas negras aportaron un clima austero y solemne. Nada más abrir las puertas de la capilla a las 9:30, decenas de fieles que se apostaban en el dintel de la parroquia entraron a contemplar a la Virgen de los Dolores. La presencia de archicofrades y devotos en la plaza de San Pedro fue constante durante todo el día.

En la iglesia del Santo Cristo de la Salud aguardaba una de las joyas desconocidas de Málaga. La Virgen de la Esclavitud Dolorosa sobrecogió a todos los fieles que se acercaron a contemplarla. Los tres clavos sujetos por sus manos unidas en actitud orante y su bello tocado llamaron la atención de unos jóvenes que se impresionaron al ver a la Virgen de cerca. Emotivo fue también el encuentro de Nuestra Señora de los Dolores de San Juan con sus devotos. Sobre un hermoso y gran altar, la Virgen presidió la misa oficiada por Felipe Reina que culminó con el canto de la Salve a Nuestra Señora.

Servitas

Virgen de los Dolores de Servitas en la iglesia de San Felipe Neri.

Fue un Viernes de Dolores especial. La Virgen titular de la Orden Tercera de Servitas deslumbró en la iglesia de San Felipe Neri. Ataviada con un manto bordado y una pequeña ráfaga, la sagrada imagen estuvo custodiada por decenas de velas que iluminaron el altar efímero y su divino rostro. La corporación de los Dolores de Churriana expuso durante toda la jornada a sus sagrados titulares en un primoroso altar efímero instalado en la parroquia de San Antonio Abad. La base de cajillo plateado sostenía a la Dolorosa que portó un nimbo de plata sobre su cabeza. El Nazareno estaba bajo un dosel rojo y entre dos faroles de plata. Un delicado exorno floral de color rosa aromatizaba el interior del templo.

Otras corporaciones de vísperas que debían haber procesionado durante la jornada recibieron la visita de fieles, como la cofradía de Medinaceli de Martiricos y la asociación de la Encarnación de Dos Hermanas. Las imágenes estuvieron ataviadas de forma simbólica como cada año lo están sobre sus tronos procesionales. Esta vez no se entonaron marchas tras sus tronos, pero se dieron cita muchos devotos que le dedicaron salves y oraciones. Para esta ocasión, María Santísima de la Encarnación estrenó puñetas y rostrillo, y el Señor de la Salvación, un cíngulo dorado donado por varias portadoras.

Churriana sintió de forma especial al Nazareno del Paso y a la Virgen de los Dolores. La parroquia de San Antonio Abad acogió a las 19:00 la tradicional misa de hermanos con la participación del quinteto de metales de la Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad. Al término de la misma, los hermanos pudieron asistir al rezo y encendido de velas del altar en el que se ubicaban las imágenes de la cofradía del Paso y los Dolores. La veneración de 10:00 a 21:00, solamente interrumpida en las celebraciones de misas, contó con la presencia de muchas personas que encuentran en este rincón malagueño una cita ineludible y singular cada Viernes de Dolores.

Monte Calvario

Alejada de todo el ruido y alboroto de la ciudad, Santa María del Monte Calvario coronó su ermita en la Victoria con motivo de su festividad. Tras celebrar el septenario durante toda la cuaresma en el santuario de la Patrona de Málaga, las sagradas imágenes volvieron a la ermita para celebrar el Viernes de Dolores. Durante la subida al calvario, muchos grupos reducidos de fieles iban rezando las 14 estaciones del Vía Crucis, para finalizar viendo cara a cara a la Virgen del Monte Calvario. Por su parte, el Cristo Yacente de la Paz y la Unidad y Nuestra Señora de Fe y Consuelo estuvieron en la capilla lateral de la ermita. Una corporación que cuida hasta el más mínimo detalle. Un manto azul y saya roja vistieron a la Virgen que, con tres cruces a sus espaldas, emocionó a una señora que decidió subir al templo acompañada de su nieta. Al entrar en la ermita, ambas se miraron y se apretaron las manos. Era Viernes de Dolores, ellas lo sabían, y volvieron a encontrarse con su devoción del Monte Calvario juntas en una mañana que poco a poco se nublaba. También veneraron a la Virgen las hermanas Niño Campos, que subieron por primera vez a ese templo con vistas privilegiadas a la ciudad de Málaga, al bajar se prometieron que no sería la última vez que visitarían ese hermoso lugar.

Ambiente en la puerta de la casa hermandad de la Esperanza.

Málaga acudió al encuentro prometido con sus Dolores en el día de su festividad, pero la amplia oferta cultural y museística hizo que no solamente se observaran colas para entrar en los citados templos. La Basílica de la Esperanza presentaba a primera hora de la tarde una cola, no muy extensa, para poder entrar a venerar al Nazareno del Paso y a la Virgen de la Esperanza, así como para visitar su museo y salón de tronos. Todas las sedes cumplieron con la normativa sanitaria controlando en todo momento el aforo y haciendo uso del gel hidroalcohólico y las mascarillas. Algunos responsables de las corporaciones se encargaban de tomar la temperatura antes de acceder al interior de las parroquias.

Otras citas cofrades

A las 20:00 tuvo lugar en la iglesia de San Lázaro el Vía Crucis oficial de la ciudad de Málaga con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de los Pasos. La corporación victoriana bajó del presbiterio la imagen del Nazareno para que la cercanía con sus hermanos fuese especial. Con María Santísima del Rocío Coronada por testigo, el Nazareno de los Pasos portó su túnica burdeos bordada. Sobre una peana de oro y un friso variado de flores, el Señor dejó que la iglesia de San Lázaro la presidiera la imagen de una Dolorosa a los pies de la Santa Cruz y el Sudario.

La ciudad no echó de menos el olor a incienso, que se desprendía de numerosos templos en los últimos días de culto para algunas corporaciones como la hermandad de las Penas o la cofradía de los Dolores del Puente. La casa hermandad de Pollinica continuó con la entrega de palmas para decorar los balcones el próximo Domingo de Ramos. La campaña ha sido todo un éxito, debido a esto, sus instalaciones también abrirán este sábado de 12:30 a 14:30.

Otro estreno que también concentró a muchos en la casa hermandad de los Estudiantes fue el nuevo palio para Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. A partir de este sábado, la Virgen ya lucirá ataviada de reina sobre su nuevo palio, que respeta el mismo estilo del anterior. La emoción era palpable y los sentimientos estaban a flor de piel. Las miradas hablaban por sí solas y las mascarillas no impidieron las lluvias de peticiones y agradecimientos que en forma de susurros se intuían en los templos de la ciudad. Málaga acudió al encuentro prometido con sus Dolores, pese a todo, un año más. Este año son los fieles los que deben acudir al encuentro de sus devociones.