Los vecinos del barrio de Dos Hermanas están de enhorabuena. “Ya está en casa, con los suyos: sus hijos”. Con este mensaje, la Asociación de Nuestro Padre Jesús de la Salvación y María Santísima de la Encarnación anuncia que la sagrada titular ya ha regresado a su capilla tras los trabajos de Enrique Salvo y su taller de restauración.

Y es que la Virgen de la Encarnación tuvo que retirarse del culto el pasado 18 de mayo tras sufrir una aparatosa caída en la profanación de la sede. “Agradecemos enormemente el esfuerzo y las labores de mantenimiento realizado en la capilla por nuestro departamento de albacería”, expresa la asociación.

La devota Esther Ramírez ha regalado de forma desinteresada un puñal dorado diseñado y realizado por Orfebrería Olmo Quirós, como sustitución del anterior sustraído en el desagradable altercado. También el grupo parroquial de Lágrimas del Carmen ha hecho entrega a la asociación de una ofrenda floral.

En dicho suceso, María Santísima de la Encarnación cayó al suelo. Los asaltantes tiraron de la corona para poder sustraerla, haciendo palanca del perno que lleva en la cabeza, cuya rosca quedó también dañada y que hubo que sustituir, ya que se enganchó una esquirla metálica de la corona.

Estructuralmente sufrió daños de consideración, especialmente en el candelero, que quedó totalmente destrozado e inutilizado; en las articulaciones de los brazos, que no permiten ejercer la función para la que están concebidos, y en los dedos fracturados de ambas manos, especificó el comunicado de la corporación.

Además de todo esto, la Virgen de la Encarnación presentaba abrasiones, arañazos y pérdidas de policromía provocadas por la caída al tirar de la vestimenta, en zonas no accesibles de la sagrada titular. Por suerte, el Señor de la Salvación ya se encontraba retirado del culto en el mismo taller citado para unas labores de restauración. Ahora la capilla vuelve a estar ocupada por María Santísima de la Encarnación.