Historias del Archivo

1983, año de estreno para el Resucitado

  • el gran estreno de la Semana Santa del 2019 fue el trono del Resucitado

El Resucitado sale de San Julián.

El Resucitado sale de San Julián. / Marilú Báez

Atendiendo a cuestiones estrictamente patrimoniales, el gran estreno de la Semana Santa del 2019 fue el trono del Resucitado. Una obra diseñada por Fernando Prini y ejecutada por numerosos artistas y artesanos, en su gran mayoría malagueños. Se aprobó en junta en mayo de 2014, durante el mandato de Eduardo Pastor, siendo refrendada al año siguiente con Pablo Atencia al frente de la institución de San Julián.

Con motivo de este estreno, la Agrupación de Cofradías publicó una libro titulado El fulgor de un trono: historia, arte e iconografía de las andas procesiones del Santísimo Cristo Resucitado de Málaga. El estudio estaba dirigido por Rafael Rodríguez, Andrés Camino y Alberto Jesús Palomo. Este último realizó una amplia investigación sobre la evolución de los tronos que, a lo largo de la historia, habían portado al Resucitado.

El autor establece una cronología determinando para comprender el devenir de los acontecimientos. Los primeros años estuvieron marcados por la provisionalidad de los pasos. Desde las primeras tablas de madera adornadas con flores, el llamado de las estrellas (que había llevado la Esperanza desde finales del XIX) o el trono de la cofradía del Amor hasta la década de los 50. Llegaría la talla de José Capuz en 1946 y el trono de Pérez Hidalgo en la Semana Santa de 1955, realizado exprofeso para el Titular de la Agrupación de Cofradías. En 1979 procesionó por última vez, debido al constante deterioro que había sufrido. En los tres años siguientes se volvió a la búsqueda de soluciones temporales, como los tronos de Exaltación o María Auxiliadora. Ambas elecciones sin resultados concluyentes en la puesta en escena.

No sería hasta 1983 cuando el Resucitado estrenase el trono de Miguel García Navas, una obra que se ha mantenido en la mañana del Domingo de Pascua hasta 2018. Con motivo de este estreno, La Saeta publicó un extenso artículo en el que resaltaba el tiempo exprés en el que se había ejecutado: “El escultor Miguel García Navas ha realizado su tarea entre los límites que le ha impuesto el bajo presupuesto, límites sobrepasados solamente por su entrega y dedicación”, recoge la noticia. En el momento de la aprobación de este proyecto (25 de enero de 1982), se estableció que el presupuesto rondaría los 3.000.000 de pesetas. La publicación de La Saeta explica que finalmente se quedaron en 2.000.000.

El autor, a esta cuestión, mostraba su asombro al ver cómo habían sido capaces de sacar el trabajo adelante “con tan poco dinero”: “Es verdaderamente sorprendente. Un dorado de estas características cuesta por sí solo medio millón de pesetas”. La obra, explica La Saeta de 1983, se definió como renacentista y “algo abarrocada” para dar el “gusto los cofrades y al autor mismo”. Las andas contaban con cuatro ángeles en las esquinas y pinturas en las carteleras de los artistas Virgilio Galán, Rando Soto, Esther Romero y Celia Berrocal (fallecida el pasado mes de marzo).

El resultado tampoco convenció, llegando a aprobarse en 1993 un nuevo trono, con diseño de Salvador de los Reyes, que no llegó a ejecutarse. Durante los últimos años de estas andas, los cambios estéticos fueron habituales, llegando a incorporar elementos decorativos como los faroles del Mutilado. Con el estreno del trono de Fernando Prini, el trono de Miguel García Navas pasó a formar parte de la historia del Resucitado.

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