Entre bambalinas

Ahí también están

  • La salida procesional no es el fin ni el culmen, es otro medio para proclamar de forma pública nuestra fe

Nuestro Padre Jesús Nazareno Redentor del Mundo.

Nuestro Padre Jesús Nazareno Redentor del Mundo. / Marilú Báez (Málaga)

Los días van pasando entre tallajes e inscripciones para un histórico acontecimiento. Todo parece que vuelve a su ser, poco a poco y con prudencia. Pero ahora que nuestros sagrados titulares volverán a pisar la calle debemos recordar que Ellos siempre están, en todo momento y en todo lugar. La salida procesional no es el fin ni el culmen, es otro medio para proclamar de forma pública nuestra fe.

Pero no, el que entrase en Jerusalén y que en Málaga bendice a las sonrisas más veraces no necesita alzarse sobre su trono recién dorado para que lo sientas cerca. Está en cada despertar. “Dios, hoy en día, más que ser negado, es desconocido”, así lo aseguraba el presidente del Pontífico Consejo para la Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella, en la conferencia inaugural del IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías.

Cuánta razón tiene. El Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor nos sigue cada día, como si tres clavos lo anclaran a nuestras vidas. Él también está en las conversaciones alrededor de la mesa familiar, en el camino de vuelta a casa y en la mejor jornada laboral. Y en esa tarde en la que la Agrupación Musical Vera Cruz de Campillos le interprete ‘Padre y Nazareno’ disfrutarás y sentirás, quizás, que ese es el camino más directo hacia la gloria.

Ya lo dijo Fisichella: “Un componente importante de la espiritualidad es la dimensión festiva, que ofrece una forma de teatralidad que pone de manifiesto el sentido emotivo del pueblo y sus necesidades expresivas, tan apreciadas por el mundo de las cofradías”. Y que se lo digan a ese pueblo calé que volverá a cantar y bailar tras su "Moreno”. Porque ahí también están.

“El pueblo no puede ser humillado en su expresión de la fe”. Así de claro lo expresó monseñor. Y para ello es necesaria la educación en este ámbito, porque a pesar de lo que muchos puedan pensar, los jóvenes están sedientos de conocimiento. Se demostró en el congreso, en la participación de los mismos en las ponencias, comunicaciones y mesas redondas. La formación en el ámbito cofrade es necesaria y demandada. Puede que sea una de las grandes soluciones a aquellos que no los ven, cuando en realidad Ellos siempre están ahí.

Que no se nos olvide, porque en los actos más cotidianos y rutinarios Ellos también están. De poco sirven los esfuerzos en unas pocas semanas si luego nos olvidamos de tantos y tantos valores durante el resto del año. Comenzamos a sentir y vivir nuestro fervor popular como hace un par de años, pero no caigamos en los mismos errores. Porque tampoco hace falta cangrejear delante de los tronos ni ocupar un espacio en el cortejo en el que los hermanos sí deben estar para iluminar el camino de su sagrado titular. Formación, trabajo, fe y hermandad como constantes vitales. Y Ellos ahí siempre estarán.

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