Semana Santa

La herencia del bordado

Dentro del amplio abanico de oficios cofrades en la ciudad, el bordado es , sin duda, el que goza de mejor salud. Málaga ha pasado de ser una ciudad que importaba bordados a exportarlos. A los talleres de Juan Rosén, Joaquín Salcedo, Felicitación Gaviero, Salvador Oliver, Sebastián Marchante, José Antonio Moreno y Manuel Mendoza se unió el de Antonio Moreno, precisamente discípulo del bordador que cierra la lista, hasta que hace dos años decidió embarcarse en el reto de trabajar en su propio taller.

Los genes y la espectacularidad del manto de procesión de la Soledad del Sepulcro (cofradía a la que pertenece desde nacimiento) hicieron que Antonio Miguel Moreno (Málaga, 1982) decidiera dedicarse a los bordados, ya que como él mismo explica "en mi familia siempre ha habido mucha costura porque mi bisabuela sacó a su familia adelante gracias a que cosía". "El manto de la Soledad fue una de las piezas que me empujaba hacia el bordado porque yo lo miraba y me encantaba y me preguntaba si algún día yo sería capaz de hacer algo igual".

Después de un tiempo de aprendiz en el taller de escultura de Juan Manuel García Palomo recuerda entre risas que no era muy hábil en esta disciplina y decidió dedicarse a su otra gran pasión, los bordados.

Al narrar sus comienzos , este joven bordador, destaca dos nombres, el de la catedrática de Historia del Arte Rosario Camacho y el del bordador local Manuel Mendoza. La primera sabía de su interés por aprender a bordar y movió los hilos para que lo aceptaran en la escuela-taller de Molina-Lario. "Aunque ella nunca me lo dijo, porque es muy discreta, yo lo sé y por eso también gracias a ella yo tengo abierto mi taller". Ya en la escuela-taller recibió clases de Manuel Mendoza con quien estuvo en su taller hasta 2007 .

En ese año Antonio Moreno decidió que era hora de volar en solitario y montar su propio taller. Sus inquietudes artísticas y el deseo de poder de llevar a cabo sus propios diseños y dibujos le hicieron adentrarse en ese nuevo proyecto.

José María Souvirón, hermano mayor del Sepulcro, le abrió las puertas de la casa hermandad para establecer allí su taller. "Él me decía: Si te van las cosas mal siempre tendrás la casa" recuerda el artesano. Actualmente ejerce su profesión en un local en calle Pozos Dulces aunque una de sus metas es poder adquirir un local propio sin tener que recurrir al alquiler.

Esta artesano del bordado no cree que su corta edad haya sido una lacra para desarrollar su profesión. Incluso, reconoce que en ocasiones siente "miedo" de la cantidad de personas que llaman a su puerta para encargar trabajos y de "pensar dónde me estoy metiendo".

La saya que hizo para la Soledad del Sepulcro y que se pudo ver en la calle la pasado Cuaresma le sirvió como escaparate de su trabajo. Esta misma noche (21:30) en el traslado que realiza la cofradía del Viernes Santo desde los Mártires a su casa hermandad, podrá verse el nuevo manto de capilla que ha realizado para la Dolorosa.

De sus bastidores saldrá próximamente, entre otros proyectos, un manto de para la cofradía del Calvario. Pero a sus puertas no sólo llaman las cofradías de Málaga. Para el 2010 la ciudad de Granada podrá contemplar un manto de procesión. "¿Quién me lo iba a decir a mí?", exclama cuando piensa el intenso trabajo que tiene por delante.

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