La Virgen del Buen Camino ha sido la encargada de abrir la jornada del Viernes de Dolores. La titular mariana ha salido a las 10:15 desde el colegio de Gamarra despertando entre los más pequeños la ilusión cofrade.

Bajo un sol resplandeciente y con un retraso de 20 minutos, la Cofradía de Medinaceli salía desde una carpa situada en la antigua guardería de la Diputación, ubicada en el barrio de Martiricos, para iniciar su estación de penitencia por las calles del centro histórico.

Tras una breve imposición de medallas a los enfermos del Hospital Materno Infantil por parte del alcalde la ciudad, Francisco de la Torre, el cortejo nazareno de la sección del Señor comenzaba a discurrir por una calle Godino que, desde más de media hora antes, ya aguardaba a numerosas personas para contemplar la salida.

Este año, como novedad, Jesús de Medinaceli estrenaba la primera fase del tallaje de su nuevo trono procesional. Una obra de Berdugo que presenta una estética similar a los que podemos visualizar en cofradías agrupadas como es el caso de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia o el Santo Cristo Coronado de Espinas.

De esta forma, el titular cristífero prescinde del antiguo trono de Viñeros, con el que ha estado procesionando en los últimos años durante el Viernes de Dolores, así como de su anterior acompañamiento musical, sustituyendo las cornetas y tambores por la Agrupación Musical de Virgen del Mar (Almería). Con un número similar a los del Señor, los capirotes morados daban paso a los de color rojo, y María Santísima de la Candelaria era recibida por su barrio a los sones de la Agrupación Músico-Cultural de la Santa Veracruz (La Pepa).

Como ya es tradición, la hermandad de Mediadora ha traslado a sus Titulares desde la iglesia de la Encarnación. En andas procesionales independientes, la cofradía ha realizado un traslado con un cortejo procesional muy cuidado y nutrida de velas. 

Mediadora vivió un momento muy emotivo frente a la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga, donde un grupo formado voces femeninas junto a un clarinete cantaron una bonita pieza al paso da la Virgen de Mediadora. 

A lo largo de esta jornada, y en diferentes enclaves de la capital, también han tenido lugar otras procesiones. Desde el barrio de Dos Hermanas, con la asociación Despojado y Encarnación hasta el Puerto de la Torre con la cofradía de la Dolores, pasando por Churriana, los nazarenos y los Sagrados Titulares de las diferentes corporaciones que han procesionado en este Viernes de Dolores han inundado las calles de sus distritos, en los que también han recibido el calor de sus vecinos.

La cofradía de Crucifixión también ha realizado como en los últimos años el encendido de velas de la Virgen durante la jornada del Viernes de Dolores. Un acto íntimo y sobrio que movilizó al barrio del Ejido a las puertas de la casa hermandad.

La cofradía del Monte Calvario realizó su traslado desde la ermita hasta el Santuario de la Victoria, desde donde iniciarán su estación de penitencia el próximo Viernes Santo. Con gran afluencia de público, los titulares de la cofradía dejaron una bonita estampa mientras descendía a un paulatino paso por la Vía Dolorosa del Calvario. 

La hermandad de Viñeros comenzó su traslado en la iglesia de las Catalinas. El traslado de los Titulares discurrió por calle Carretería ya preparada para la Semana Santa. El Señor de Viñeros estrenó la túnica de terciopelo color burdeos que la cofradía estrenó recientemente. El traslado finalizó con el coro de voces ante los tronos de los Titulares una vez que llegaron al interior de su casa hermandad.

Al caer la noche, Jesús expiraba en el Perchel. En una plaza de San Pedro donde no cabía ni un alfiler, las notas musicales de la Banda de Música Eloy García enmudecían a los presentes que, móvil en mano, querían inmortalizar la suave mecida de María Santísima de los Dolores Coronada en el interior de la iglesia.

La cruz guía, escoltada por dos faroles, abría el paso al nutrido grupo de hermanos de luz que, con sus cirios, alumbraban el caminar de sus Sagrados Titulares en su traslado por las calles del barrio perchelero.

Tras ellos, y en completo silencio, llegaba la imponente Imagen del Santísimo Cristo de la Expiración portado sobre los hombros de varios miembros de la Guardia Civil, que acompaña a la corporación cada tarde-noche del Miércoles Santo.

La antítesis del momento llegaba cuando María Santísima de los Dolores se adentraba en los callejones del Perchel en su trono de traslado a los sones de la formación musical de la archicofradía. La titular mariana, aún con su candelería apagada por el viento, deslumbró a los asistentes con su esplendoroso caminar.