La calle Puerto Parejo, frente a la Casa Hermandad, ha sido constante ir y venir de paraguas. Desde bien temprano, el barrio de la Victoria ya ha estado preparado y acicalado para llegada del Nazareno de los Pasos y su madre, la Virgen del Rocío.

Hablar del Rocío es hablar del sentimiento vitoriano. Los vecinos en cada esquina hablando de la cofradía, cuadros del Nazareno de los Pasos en todos los bares del barrio, la importante feligresía de San Lázaro, la juventud enamorada de la Virgen y de la ofrenda el clavel al Rocío.

Los vitorianos de corazón rociero han pasado el día con la incertidumbre debido a las inclemencias meteorológicas. "Mamá, ¿no vamos a poder gritarle guapa a la Virgen", le preguntaba una nazarena de la cofradía de no más de 5 años a su madre.

Plaza de la cofradía del Rocio

Escasos minutos pasados las 18:00 horas, la comisión de aguas de la cofradía decidió no hacer su salida penitencial debido a los partes desfavorables. Entre lagrimas y lamentos el público se consolaba. La novia de Málaga y el Nazareno de los Pasos tendrán que esperar al 2023 para bendecir a su barrio de la Victoria.

La cofradía anunció a través de sus redes sociales que las puertas de la casa hermandad permanecerían abiertas hasta las 1:30 de la mañana para que todos los devotos que quisieran pudieran acercarse ante los Sagrados Titulares.

Hombres de trono del Rocío en sus varales

La cofradía del Rocío para este año tenía previsto estrenar el dorado del arco de campana del trono del Nazareno de los Pasos del Taller de Manolo Jiménez; la piedra sobre la que posa la mano la imagen de Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario, ejecutada por Juan Vega; la cruz de procesión para el Señor de los Pasos, obra de Manuel Toledano, bendecida durante el Quinario de Cuaresma; el plateado completo del Trono de María Santísima del Rocío Coronada; la restauración de Madroñeras y Morilleras del palio de la Virgen del Rocío por María Felicitación Gaviero; la realización de las cartelas del Trono de la Virgen del Rocío por Juan Vega y orfebrería de Manuel Fenoll y la mantilla del siglo XIX para María Santísima del Rocío Coronada.