Desde la quema de conventos hasta San Pedro: la Esperanza de Málaga agranda su historia en Roma
El cortejo de la Gran Procesión estará formado por cerca de 1.200 personas, con dos turnos de 262 hombres de trono cada uno
Novedades en la procesión de la Esperanza en Roma: seis horas y media en las calles y comienzo a las 14:00

Málaga/El romero abrirá camino de nuevo a la Esperanza. Roma se teñirá de verde el próximo 18 de mayo. En la ciudad eterna, donde cada piedra es historia, resonarán los pasos del sur, el repicar de las campanas, un susurro de cera encendida, las notas pondrán la piel de gallina: Málaga llega con su Esperanza. En el marco del Jubileo de las Cofradías convocado por el papa Francisco, la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza llevará a la capital italiana una devoción con siglos de historia.
Para ello, hay que remontarse al año 1641. En la parroquia de Santo Domingo de la capital malagueña nacía la Hermandad de la Madre de Dios de la Esperanza. Desde su fundación, quedó incorporada a la Cofradía del Nombre de Jesús, formada en la primera mitad del siglo XVI. La unión de las dos hermandades creó desde el primer momento una simbiosis espiritual y patrimonial que, lejos de perder su esencia, ha ido ganando fuerza durante más de tres siglos. Aquella unión no llegó de casualidad. La Virgen de la Esperanza llegó para acompañar y abrazar a su hijo, al Nazareno, para caminar junto a Él en todos sus pasos.
"Es una dolorosa de muchísimos años, es una virgen con una gran devoción. Yo siempre he dicho que la Virgen de la Esperanza es la virgen de Málaga y de todos los malagueños", afirma con convicción el Hermano Mayor de la Archicofradía, Sergio Morales. No hay dudas en sus palabras cuando pronuncia esa frase con un sentimiento casi familiar. La devoción por la Dolorosa verde es una pasión que no ha hecho más que crecer con el tiempo. "Esta devoción viene desde hace muchísimos años, desde hace siglos, se puede decir", remarca, como quien repasa la historia desde el corazón y no desde los archivos.
Pero la historia de esta Archicofradía es también la historia de Málaga, de sus días de gloria y, también, de sus noches más oscuras. En el siglo XIX, la Invasión Napoleónica y la Desamortización de Mendizábal golpearon con dureza a la corporación, que tuvo que soportar pérdidas patrimoniales irreparables. Pero lejos de derrochar lágrimas, la cofradía supo ponerse de nuevo en pie, demostrando su capacidad para renacer y reinventarse. En la década de 1920, alcanzó las cotas más brillantes de su historia: los tronos del granadino Luis de Vicente y las procesiones desbordaron por la noche las calles del Jueves Santo y la mañana del Viernes Santo, en un río de devotos, dejando huella en el alma del pueblo malagueño.
Aquella llama, aquel atisbo de luminosidad, no duró mucho. La luz se oscureció de pronto en mayo de 1931, durante la trágica quema de conventos. La Archicofradía perdió casi todo su patrimonio, incluido el devotísimo "Moreno", la antigua imagen del Nazareno del Paso. Solo la cabeza de la Virgen se salvó, intacta entre las llamas, como un milagro, un mensaje de resistencia. Como si se tratase de un testimonio de que la Esperanza de Málaga no ardía ni se rendía. La resistencia silenciosa. Mariano Benlliure esculpió en Madrid la nueva imagen del Nazareno en 1935, bendecida cinco años después.
"Sí, fue un punto de inflexión desde aquella fatídica noche", sostiene Morales, con ese respeto contenido que se tiene ante las heridas que, aunque se hayan cerrado, no se terminan de olvidar con el paso de los años. Hoy, la Virgen de la Esperanza no es solo una imagen, es símbolo y testimonio. Su trono barroco emociona y sobrecoge. De proporciones colosales, el conjunto mide casi siete metros de altura y pesa más de cinco toneladas. Es llevado al hombro por 262 hombres que, en cada procesión, se dejan el alma con ella. Sobre ellos, la Madre se alza majestuosa, bajo un palio verde bordado en oro.
La relación entre la Archicofradía y la Santa Sede ha sido siempre cercana. Uno de los hitos más importantes fue la Coronación Canónica de la Virgen, celebrada el 18 de junio de 1988 en la Plaza de la Constitución. Aquella mañana, Málaga entera se congregó alrededor de su Dolorosa para ver cómo el Nuncio Apostólico en España, Monseñor Mario Tagliaferri, ceñía la presea de oro sobre las sienes de la Señora. No fue solo una coronación litúrgica: fue la coronación del amor de un pueblo que se debe a Ella. Ese mismo año también se produjo el cambio de sede tras 421 años en la parroquia de Santo Domingo.
Una década después, el 28 de mayo de 1998, se designó el título de Basílica Menor al templo de la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza. El vínculo con el Vaticano no es nuevo, recuerda Morales. "La Archicofradía tiene el título de Pontificia. Siempre hemos estado muy vinculados". Y esa historia se vio reforzada cuando el hermano mayor tuvo el privilegio de encontrarse con el papa Francisco: "Fue un momento entrañable. Le regalamos un paño de la Virgen, una medalla y un marco con su foto, el Santo Padre fue muy cercano", confiesa.
Peregrinos de la Esperanza
Ese lazo se reafirma ahora con el Jubileo de Cofradías. No es una visita protocolaria ni un acto formal: es una peregrinación. "En Cuaresma de 2023 nos reunimos con Paloma Saborido en la Archicofradía y nos dijo que el año 2025 era año jubilar y que el papa Francisco, el nombre que le había dado era 'Peregrinos de la Esperanza'", rememora el hermano mayor.
Saborido le comunicó que uno de los actos era el Jubileo de las Cofradías: "Nos contó que nos iba a pedir el Santo Padre que la Virgen de la Esperanza fuese a Roma, sentí nerviosismo, pero también muchísima alegría. Es una responsabilidad inmensa, pero también un orgullo. Que la Virgen esté en el mayor templo de la cristiandad no se puede explicar con palabras". Ella era la encargada del Congreso Internacional de Cofradías en 2019. Durante la programación del evento, vio que Monseñor Fisichella, el prefecto de evangelización del Vaticano, podía ser una "persona ideal" para inaugurar el Congreso.
Esta conexión inicial con el Vaticano comenzó a marcar el destino de la Virgen de la Esperanza en el Jubileo. El 23 de enero de 2023, un momento decisivo cambió el rumbo del proyecto. "Lo recuerdo perfectamente, no se me olvidará la fecha", señala Saborido, la organizadora de la Gran Procesión. Fue en ese día, durante una visita a Roma, cuando Monseñor Fisichella le comunicó su visión para el Jubileo de las Cofradías: "Me dijo que uno de los eventos más importantes del Jubileo sería precisamente el Jubileo de las Cofradías, y que quería que yo estuviera en la comisión encargada de organizarlo".
Él quería propuestas. En la primera comisión las había de todo tipo: de misas, de celebraciones, de rosarios, incluso de catequesis a los cofrades. Pero Saborido tenía claro qué faltaba: "Yo propuse una procesión porque no se entendía un Jubileo de las Cofradías sin la celebración de una procesión". Y lo dijo con fuerza, sosteniéndose en más que palabras: "Llevé una serie de imágenes enormes con nuestra Virgen de la Esperanza. Y al final dije: el lema es 'Peregrinos de la Esperanza', esta procesión tendría que terminar con la Virgen de la Esperanza de Málaga".
Ella no oculta la emoción de haber sido la encargada de presentar el proyecto a la Archicofradía de la Esperanza. "El 23 de enero del 2023 lo primero que hice fue decirle a mi familia que yo había pensado en una procesión y que fuese la Virgen de la Esperanza de Málaga, con lo cual, lo mínimo era que estaba zumbadísima y que esto era una locura, que no deja de ser una locura lo que estamos haciendo, no porque sea realidad no significa que siga siendo una locura", rememora. Se reunió con el hermano mayor y su equipo, les propuso la idea: "Primero mostraron la sorpresa inmensa y después la satisfacción de que se hubiera contado porque es un evento único".
A lo largo de todo el proceso, la organizadora de la Gran Procesión tuvo el apoyo constante de las autoridades eclesiásticas de Málaga. "Desde el primer minuto, el obispo de Málaga, don Jesús Catalá, estuvo al tanto de todo y es algo que quiero destacar", afirma con gratitud. Mientras tanto, Morales confiesa que en 2023 empezó un "runrún", pero que todo se mantuvo en secreto hasta que se hizo oficial. En 2024 compartió la noticia en un cabildo "maravilloso": "Se hizo por aclamación, con fuegos artificiales, humo verde... un momento muy especial". El secreto guardado con celo terminó siendo un regalo compartido por todos.
La Gran Procesión de Roma
Como broche antes de la partida, Málaga entera se rindió en un besamanos extraordinario que terminó entre verdiales, vítores y redes sociales abarrotadas de emoción. Largas colas se formaron el 3 y 4 de mayo para reencontrarse con los ojos de su Virgen. "Hemos tenido dos días para que todos los devotos, fieles y hermanos pudieran despedirse", cuenta el hermano mayor. Las redes ardieron con la panda de verdiales, "nada más malagueño que esto", comentaban algunos usuarios. La Esperanza se marcha a Roma, pero su alma queda en Málaga, que aguarda su gran cita y su regreso a su ciudad.
Ahora todo está preparado para el viaje. En menos de una semana, Roma se teñirá de verde. A la Ciudad Eterna viajan alrededor de 1.200 cofrades. A la Virgen la portarán dos turnos de 262 hombres de trono cada uno, también estarán presentes acólitos y los monaguillos. Además, estrenan la bandera pontificia que ha sido bordada en los talleres de Salvador Oliver Urdiales. "Todo está pensado con el mayor de los cuidados", defiende el hermano mayor. Y añade con una certeza especial: "La Virgen llevará romero, no como en Málaga, pero sí en su peana". Esa es su manera de llevar un trozo de la tierra que tanto la quiere a las calles de Roma.
Durante los días 14, 15 y 16 de junio, se podrá venerar a la Virgen en el propio Vaticano. "Para mí, una de las cosas más importantes es que María Santísima de la Esperanza esté dentro del mayor templo de la iglesia, como hermano mayor de la Esperanza, yo creo que más no se puede pedir", admite Morales. Y después, la Esperanza volverá a casa, haciendo escala en la Catedral de Málaga, donde vivió desde 1931 hasta 1938. "Habíamos pensado en todas aquellas personas que no hayan podido ir a la peregrinación a Roma y que estuviese en el mayor templo de Málaga", añade.
La Virgen de la Esperanza no es solo una imagen de Semana Santa. Rumbo a Roma, la Virgen vuelve a convertirse en mensajera de luz. Su Esperanza es fuerza que empuja. Es la fe de sus devotos. Es la identidad de Málaga convertida en devoción. Es el cariño de los cofrades, los creyentes y los que no. Es siempre la Esperanza.
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