Semana Santa

Como siempre, pero diferente

EL Miércoles Santo tiene momentos que se repiten cada año. Unos son atractivos y emocionantes. Otros no hay por dónde cogerlos. Otros sencillamente no pegan ese pellizco que marca. También los hay que sorprenden y que hacen llorar. Algunos disfrazan el momento con una música de relleno o inapropiada. Otros se hacen esperar y cuando llegan, se recrean. Y hay que decirle que ¡venga!, que se queda sola la cofradía en la calle. Hay bendiciones de historia, plegarias que vuelan y cantos que anuncian que la muerte no es el final. En líneas generales, las seis hermandades que salieron ayer hicieron su estación de penitencia con buen sabor. Aunque sí que hay cosas que amargan los momentos dulces.

Salesianos

El sol radiante con el que se abrió la tarde permitió a la Hermandad de Salesianos lucirse mucho en su discurrir por Capuchinos. El grupo escultórico, que estaba exornado con claveles rojos, dejó su impronta allá por donde iba pasando. Su corte serio y de recogimiento es un sello imborrable. Aunque se dispersa por culpa del tipo del acompañamiento musical. Nadie niega el gran nivel musical en el que se encuentra la banda de cornetas Jesús Cautivo. Es más, da gusto escucharlos. Pero el corte de la Hermandad de Salesianos no se concibe sin los sones de una banda de música. También hay que reconocer que la formación se esfuerza por interpretar piezas de corte más solemne. Pero la sombra de la marcha de Cristo de las Penas, de Perfecto Artola es demasiado larga y sus notas son en sí mismas el libro de estilo de la propia hermandad.

Las imágenes salieron puntualmente a los sones de la marcha He aquí a tu madre, pieza dedicada al Cristo y que resume el momento que representa a propia cofradía. Cuando el cortejo salió a la plaza de Capuchinos allí le esperaba una representación de las cofradías del Dulce Nombre y del Prendimiento, hermandades penitenciales cuyos titulares reciben culto en la parroquia de la Divina Pastora, la que era sede canónica de la hermandad de los Salesianos hasta su traslado al Santuario de María Auxiliadora.

Uno de los momentos más emotivos se vivió en la plaza de Arriola cuando, a su paso, la Hermanitas de la Cruz le cantaron. Al término del canto de las religiosas la banda de cornetas interpretó la marcha Silencio Blanco (J. J. Vera).

Fusionadas

El cortejo de las Reales Cofradías Fusionadas es una coreografía en la que pocas cosas no se preparan. Son minihermandades dentro de otra, tan distintas. Las secciones de la colorista hermandad de la parroquia de San Juan recorrieron ayer las mismas calles de salida por las que transcurrió las sección de Lágrimas y Favores. Es decir, encarar la calle Calderón de la Barca desde la puerta de salida del templo algo que evita maniobras que deslucen a los tronos y a la propia impronta de la hermandad.

Tras unas palabras del párroco de San Juan, Isidro Rubiales, los hombres de trono y nazarenos se iban organizado según su sección. Junto a la perfección de movimientos, los sonidos que se escucharon en el interior del templo hicieron que las emociones florecieran es más de uno de los presentes.

La agrupación musical de La Salud de Alcalá la Real (Jaén) dejó muy buenas impresiones tras el trono de Azotes y Columna, al igual que lo hizo la banda de música de la Esperanza. Aunque acompañaba a la Virgen del Mayor Dolor, bajo las naves de San Juan, interpretó la marcha Cristo de la Agonía de Abel Moreno al Cristo de Ánimas de Ciegos. La misma formación tocó Nuestra Señora del Mayor Dolor de Perfecto Artola para la salida de la Dolorosa, que iba muy bien exornada a base de calas y rosas y blancas.

En el aspecto musical se echó de menos a los plumeros rojos de la banda de cornetas de Fusionadas que cesó su actividad a causa de los problemas con los ensayos. Aún así, siete músicos se volvieron a enfundar el uniforme y escoltaron a la imagen del Cristo de la Exaltación, talla a la que acompañaban cada Miércoles Santo.

La tarde de ayer fue también el estreno del trono del Señor de Azotes y Columna. La nueva pieza que lució en la calle con los lirios morados. El error fue procesionar a la imagen sin la compañía de los sayones, obra de Suso de Marcos, ya que el trono se veía desproporcionado.

Paloma

La plaza de San Francisco se convirtió en un hervidero cada vez que la Cofradía de la Paloma se dispone a echarse a la calle. El trono del Señor de la Puente del Cedrón lucía esplendoroso con el monte de claveles rojos, gracias también a la restauración y recuperación del diseño original de Guzmán Bejarano, que no pudo estrenarse el año pasado a causa de la lluvia. La Virgen por su parte lucía un exorno de flores de claveles que aunque llamaban la atención la colocación de las flores afeaba la idea. La Dolorosa, que estrenó la cruz pectoral y el encaje con le que se realizó el rostrillo fruto de una donación, arrancó aplausos allá por donde pasaba.

Ambos tronos superaron con gran solvencia la difícil y estrecha maniobra que supone hacerse a la calle Carretería desde la casa hermandad. En la salida se pudieron ver algunos rostros conocidos como el del exalcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano.

Minutos antes de la salida se levantó un aire que hizo peligrar la candelería, pero se amainó justo cuando los tronos se echaron a la calle lo que permitió que todas las velas pudieran lucir encendidas.

En el aspecto musical, la banda de cornetas y tambores del Paso y la Esperanza siguió demostrando su calidad como cuando interpretó Cristo del Amor de Alberto Escámez en la salida del Señor. La marcha que se repetía más a lo largo de la tarde fue Malagueña, Virgen de la Paloma, de Rafael Hernández a cargo de la banda de la Vera+Cruz de Alhaurín el Grande, popularmente conocida como La Pepa, como ocurrió en la Tribuna de los Pobres, que también fue uno de los puntos en lo que se procedió ala suelta de palomas. La formación musical no estuvo a la altura ya que sonaron muy bajo, excepto la marcha de Hernández. Será por las entradas de las cornetas. Los sonidos de esta cofradía, ya sean las marchas o los rosarios azotando las barras de palio, no dejan de sobrecoger.

El Rico

Hay momentos que se viven en la Semana Santa que reviven siglos pasados. La Cofradía de Jesús titulado El Rico tiene elementos que así lo confirman como los capirotes de habichuela, que son más cortos y anchos que los actuales, la estética del Señor tan barroca, o la propia bendición que el Señor imparte en la plaza del Obispo. Los nazarenos salieron desde el interior de la iglesia de Santiago y se situaron en el último tramo de la calle Victoria con Alcazabilla. Desde la casa hermandad salió la portentosa imagen del Nazareno bajo los sones de Nuestro Padre Jesús (E. Cebrián), sonido clásico que acompaña cada año a esta imagen. Aquí no hay resquicio para una marcha de Gabriel Robles. Para el resto del recorrido, sí.

El director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosido, fue el encargado de dar los primeros toques de campana en el trono del Señor ya que la cofradía está vinculada con este Cuerpo de Seguridad. Eran las 19:07. El responsable, con amplia escolta, hizo las funciones de mayordomo hasta la calle Cister. Previamente el hermano mayor de la corporación, José Rivas, que vivió su última salida como tal ya que anunció que no se presentará a la reelección, animó a todos los penitentes de la procesión. El cuerpo de nazarenos salió bien agrupado. Sí que había muchos cargos vestidos de traje, con escapulario colocado y bastó corto en la mano. Muchos de ellos participan en el acto de liberación del penado así. Quizá pidan etiqueta y no túnica para poder acceder a la plaza del Obispo. Dos saetas sonaron a la salida, interpretadas por Antonio de Canillas -que tiene 82 años- y Jorge Ríos, con micrófono incluido.

La Cofradía del Santo Sepulcro salió a saludar a El Rico y presentó su guión corporativo una representación de su junta. Por su parte Estudiantes abrió las puertas de sus casa hermandad lo que permitió contemplar a la imagen del Coronado e Espinas y entregó un ramo de flore al paso del Nazareno. El Señor se introdujo en Cister con la marcha Jesús El Rico en Puerta Oscura (G. Robles).

El momento más destacado fue la liberación del preso. El atrio de la plaza del Obispo sirvió de escenario para la bendición. Un hombre de 26 años, cuyo nombre responde a las iniciales de D. G. M., ha sido el último preso que El Rico ha liberado. Había cumplido 18 meses de condena de 4 años que se le impusieron por un delito de robo con violencia. El obispo de Málaga, Jesús Catalá, asistió al acto y se dirigió al joven liberado: "Jesús Nazareno te invita a seguirle siempre, no te separes y no olvides de que es tu salvador y tu redentor". A las 21:10 el Nazareno impartió la bendición al pueblo de Málaga. Los nazarenos y los portadores estuvieron arrodillados. La cofradía entregó a la concejala Teresa Porras el martillo con el que se toca la campana y sirve de señal para impartir la bendición.

Este año acompañó al Nazareno una unidad mixta de policías nacionales compuesta por unos 60 agentes procedentes de la Academia de Ávila y de otros sitios de España. La cruceta musical fue algo desacertada que corresponde más bien a gustos personales. Ver al Señor con Caridad del Guadalquivir (P. Lola) es penoso, por el enclave que recorre y por las marchas que tiene. En la calle Larios se pudo oír. La Saeta (J. M. Serrat), A tí Manué (J. J. Puntas), Caridad del Guadalquivir y A Jesús El Rico (G. Robles). Fue duro. La banda municipal de Rincón de la Victoria sonó mejor que otros años.

Por su parte la Virgen del Amor salió con la marcha Virgen Madre del Amor, interpretada por la banda de música de la Vera+Cruz de Almogía. El director de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, dio los primeros toques de campana. La Virgen fue bellamente vestida. Lo que sí contrasta en el conjunto es el palio y el manto, que están pasados.

Sangre

La Archicofradía de la Sangre presentó uno de los estrenos más destacados de la Semana Santa, el palio para la Virgen de Consolación y Lágrimas. Las puertas de la casa hermandad se abrieron a las 20:55. Los nazarenos de la corporación salieron de su sede canónica la iglesia de San Felipe. El cortejo tomó las calles Guerrero y Dos Aceras hasta llegar a las puertas de la casa hermandad. El Cristo de la Sangre fue acompañado por la agrupación musical San Lorenzo Mártir que tocó Reo de muerte (N. Barbero) a la salida para seguir con La Saeta (J. M. Serrat).

A la llegada del Crucificado a la Tribuna de los Pobres sonó Nostalgia de un Jueves Santo. Previamente, cuando el trono sobrepasó el convento de Las Catalinas, se interpretó Cristo Mercedario. Ya a su paso por la tribuna oficial el Cristo pasó al son de tres marchas enlazadas: Cristo Mercedario, Virgen de la Paz y La Saeta.

La Virgen de Consolación y Lágrimas lució el palio, ejecutado en los talleres de Juan Rosén, según diseño de Eloy Téllez. Inspirado en el anterior, obra de Esperanza Elena Caro, la nueva pieza combina el uso de hilo de oro y de sedas rosas. También tiene fondo de jiraspe oro y malva, el color que identifica a la Dolorosa. En cuanto a los adornos, se repite los gallones o roscos y medias ánforas con flores cuya central está bordad en seda de color rojo. El techo de palio está hecho en terciopelo malva. Las bambalinas están bordadas sobre malla hecha a mano. Ya la gloria del palio presenta el escudo mercedario. Sin duda, un conjunto trono-palio impresionante.

Asimismo, el trono salió completamente dorado, ya que quedaba los arbotantes y la trasera. La Virgen llevó más luz ya que los arbotantes cuenta con más brazos de luz. La candelería se presentó en forma de V lo que dejaba mas visión para contemplar a la Virgen de Consolación y Lágrimas. En Carretería el trono marcó Malagueña Virgen de la Paloma y Macarena (A. Moreno).

Expiración

La Archicofradía de la Expiración realizó su primera salida tras vivir una de las etapas más convulsas de su historia con la celebración de unas elecciones que dejó claro que la hermandad está dividida. La Expiración en la calle es magnífica y lo es por todo lo que muestra y tiene: patrimonio de primer nivel. Pero lo principal es que haya unión. Y eso se debe reflejar en el recorrido.

El director general de la Guardia Civil Arsenio Fernández dio los primeros toques de campana al trono del Crucificado, que salió con la marcha Mater Mea (R. Dorado) por los antiguos alumnos de la banda de la corporación perchelera.

La Virgen de los Dolores Coronada lució la saya bordada por Manolo Mendoza y que la estrenó en la procesión de octubre pasado que conmemoró el 25º aniversario de la coronación canónica. La Dolorosa llevó un rostrillo de encajes, con un broche que le regalaron los portadores del submarino, collares en el pecho y la corona que le regaló Enrique Navarro. Además, las seis marías -velas más grandes que lleva la candelería- que lució la Virgen de los Dolores Coronada en su trono procesional, hizo referencia a los patrones de Málaga Santa María de la Victoria, Santos Mártires Ciriaco y Paula, el Santo Cristo de la Salud-, así como a la patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar, y la Virgen del Carmen Coronada. Las velas fueron pintadas por nuestro hermano Daniel García Romero. La imagen salió con Coronación de la Virgen de los Dolores (P. Artola).

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