De manera puntual, a las 19:00 horas, las puertas de la iglesia de San Juan se volvieron a abrir en la tarde de ayer por tercera y última vez para las Reales Cofradías Fusionadas con la salida del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Sangre, la Imagen más antigua que se procesiona en la ciudad.

A diferencia de como venía haciéndolo hace unos años, el sexto titular de la colorida corporación salía en la tarde de Jueves Santo plena luz del día y acompañado de la Banda de Música Maestro Infantes (Los Barrios, Cádiz), dejando el silencio tras el Señor a un lado y rompiendo así con una de sus señas más identificativas. Sin embargo, esto no supuso una ruptura con la sobriedad con la que la Sagrada Imagen discurrió por las calles del centro sobre su trono procesional, al que además en la tarde de ayer le fueron incorporados unos varales telescópicos para facilitar la labor de los portadores.

Bocinas del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Sangre

Desde el interior de la iglesia de San Juan comenzaron a salir el reducido pero digno cortejo de nazarenos de la sección del Señor, que portaban túnicas negras y capirotes verdes, y que destacaron por mantener un buen hacer durante su Estación de Penitencia. El titular procesionó por unas calles plenamente llenas, e incorporándose rápidamente al Recorrido Oficial, al que entró en el horario establecido y que finalizó tras su Estación de Penitencia en el primer templo de la ciudad, donde llegó a compartir espacio con Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros.

Tras su salida del interior de las naves catedralicias, el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Sangre continuó su itinerario de vuelta, discurriendo por las calles más céntricas y llegando a su encierro en su sede canónica ya entrada la madrugada.