Semana Santa

Sones pasionistas a piano

  • La Catedral acoge el concierto de marchas procesionales del pianista Salvador Vázquez

Salvador Vázquez al piano.

Salvador Vázquez al piano. / Agrupación de Cofradías (Málaga)

Salvador Vázquez reza con sus manos. La Santa Iglesia Catedral enmudeció ante los primeros acordes de la marcha Nazareno de la Salutación. El piano caló hondo en el alma de los presentes en el primer templo malagueño en una tarde de junio. El ciclo de conciertos de ‘Las noches del centenario’ no pudo empezar de forma más dulce y armónica.

Al sonar la marcha Cristo de la Vera+Cruz, del maestro Jacinto Fernández, la provincia se coló en la celebración de la efeméride de la entidad cofrade malagueña. Los gestos de Vázquez expresaban a veces casi más que las notas que volaban hacia las naves de la Catedral. El malagueño, nacido en 1986, demostró todas sus dotes artísticas en esta pieza, pero sobre todo derrochó sentimiento y delicadeza en el suave movimiento de sus manos sobre el teclado del piano. La cita no pudo desarrollarse en el Patio de los Naranjos por motivos conocidos por todos, y finalmente, se hizo en Santa María de la Encarnación.

Fue entonces cuando todos los presentes cerraron los ojos y se imaginaron a un Nazareno de Benlliure cruzando la plaza de la Constitución para bendecir a toda una ciudad. Nazareno del Paso es esa melodía que traslada al malagueño a la noche de luna llena del Jueves Santo. Y en junio se hizo el milagro, y el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso se hizo presente en la Catedral. Al acabar esta composición, Vázquez se secó el sudor de su frente, un simple gesto que humanizó al músico.

Con Virgen del Valle y Oremos el maestro hizo del silencio auténtica música. Sus pausas medidas y contenidas en ambas marchas hicieron que el público contuviese la respiración durante unos segundos. Algunos miraban al cielo, otros sacaban algún que otro pañuelo del bolsillo de su pantalón. La música procesionista estaba sonando en Málaga, y esto parecía el principio del fin de toda esta pesadilla.

“Salvador Vázquez es uno de los artistas más carismáticos de nuestro país”, aseguró el periodista Antonio Ismael Aragón en su presentación, y este concierto, que fue todo un deleite para los sentidos, así lo reafirmó. De repente, todo hacía indicar que era Viernes Santo. Cristo del Amor y Virgen de los Dolores de San Juan sonaron casi de forma encadenada en el concierto ‘Acordes de pasión’. El sol ya caía y casi se intuía la figura del Crucificado con la Dolorosa a sus pies por el entorno de la calle Císter ya buscando los primeros metros del recorrido oficial.

Con Virgen del Amor Doloroso el pulso se aceleró y la emoción brotó como nunca antes. Pero llegaron esos aires de fandango, esa cadencia andaluza y el más puro malagueñismo que derrocha la marcha Virgen de Gracia de Perfecto Artola. Ahí el tiempo se detuvo. Ahí no existía nada más que Salvador Vázquez frente a un piano haciendo de este himno el magnífico broche de oro a la velada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios