Vive el sevillismo días peligrosos y el miedo está instalado en los cuerpos. Si lo de la semana pasada en Portugal pudo ser un accidente, muchas alarmas ha encendido la imagen que el equipo de Antonio Álvarez ofreció en la vuelta de la Supercopa de España ante el Barcelona, un partido que, al margen del doloroso resultado obtenido por los blancos (4-0), ha llenado de dudas el proyecto confeccionado para esta campaña por Del Nido y Monchi, un proyecto del que se ha desmarcado Squillaci, que provocó otra crisis en Braga y que se marcha definitivamente al Arsenal.

Ahora mismo nada es seguro en el Sevilla a poco más de 24 horas de una cita vital para el funcionamiento del club. La plantilla está a medio confeccionar y el entrenador ha perdido, de golpe, muchísimo crédito de cara al aficionado y también -por qué no- ante el que manda, un José María del Nido que va a mirar con lupa cómo se comporte su equipo ante el Sporting de Braga mañana por la noche. Los nubarrones han ensombrecido la figura de un entrenador que había vivido hasta ahora de su talante pacificador dentro del vestuario y suficientes dotes tácticas como para llevar a buen puerto la nave. Y la han ensombrecido tanto que no eliminar al Sporting de Braga le costaría el puesto al entrenador.

Pero si lo que ocurra con el banquillo puede llegar a ser una incógnita a partir del miércoles, en lo que se refiere a los movimientos en la plantilla también da la impresión de que todo está en el aire. Ayer, el día después del ridículo de Barcelona, se formalizaron tres salidas, la de Squillaci y las de Lolo y Chevantón, aunue éstos no contaban. El francés se marcha de manera definitiva al Arsenal al llegar los clubes a un acuerdo en torno a 6 millones, según medios ingleses y franceses. El central, que se había negado a jugar la previa de la Champions al haber recibido este ofrecimiento, obtuvo ayer vía libre para viajar a Londres y pasar el reconocimiento médico previo a la firma, por tres años, con los Gunners, asuntos que dejará resueltos en el día de hoy.

Ello va a hacer que el Sevilla tenga que fichar a un central, para lo que ya lleva varios días haciendo gestiones. De todas formas, la idea es no dar un paso hasta saber si el equipo disputa finalmente la Champions o no. Se entiende que si se va un central de jerarquía como Squillaci, que libera además una ficha bastante alta, tendrá que llegar un sustituto igualmente de garantías y experiencia en Europa.

Pero otra incógnita es la del futuro de Luis Fabiano. Abortada definitivamenta la operación con el Marsella, desde Inglaterra surgen de nuevo noticias sobre el interés de un equipo como el Tottenham. Este diario ha podido saber que hace unos 15 ó 20 días el jugador desechó una suculenta oferta procedente del club de White Hart Lane, posiblemente porque le seducía más la francesa. Ahora la situación ha cambiado y la prensa británica aseguraba ayer que los Spurs, por mandato de Harry Redknapp, están dispuestos a poner encima de la mesa los 18 millones que exigía Del Nido por el brasileño y a los que no pudo o no quiso llegar el Marsella. La diferencia es que Luis Fabiano ha jugado ya la previa de la Champions y no podría jugar en Europa con otro club, en este caso el Tottenham, que disputa como el Sevilla esta eliminatoria, que de momento pierde 3-2 ante el Young Boys suizo.

Va a ser una semana muy movida en la planta noble del Sánchez-Pizjuán, en la que se esperan algún que otro fichaje, aunque el primer frente, el más importante, es el partido de mañana ante el Sporting de Braga, del que depende el futuro económico de la entidad y también la continuidad de Antonio Álvarez. Y es que la imagen ofrecida en Barcelona ha levantado muchas dudas. Demasiadas quizá a estas alturas del verano.