Sevilla · villarreal

Como la Semana Santa

  • Fracaso La visita del Villarreal, un duelo que se esperaba como el culmen de una idílica remontada, llega aguada y con la afición señalando al técnico Bajas Kanoute no llega y a Luis Alberto lo mandan con el filial.

En estos tiempos que corren, un Sevilla-Villarreal siempre debía ser un partido de los de tener el estadio a casi llenar, de los de jugarse algo más que tres puntos. Los objetivos y los presupuestos en juego, dos grandes plantillas frente a frente y en lucha junto al Valencia por ser el campeón de los demás, como no hace mucho lo fue el equipo sevillista. Sin ser del todo así, algo podía parecérsele la cita de esta noche de Domingo de Resurrección en el Ramón Sánchez-Pizjuán si se hubieran cumplido las cuentas que muchos sevillistas se hacían dos semanas atrás, antes del desplazamiento que el equipo de Gregorio Manzano debía cumplir a Palma de Mallorca y, seguidamente, a Getafe. Desgraciadamente, el Sevilla, que contaba con el bajón y el cansancio del equipo amarillo, no cumplió con su parte y el Domingo de Resurrección llegó y con él un enfrentamiento tan aguado como la Semana Santa que acaba de pasar.

El Sevilla-Villarreal de esta noche ha perdido gran parte de su interés para una afición que soñaba con no despedirse tan pronto de la ilusión de la Champions, pero que tendrá que hacer un ejercicio para comprender que los puntos en juego van a ser igual de importantes si quiere que su equipo vuelva a estar la temporada que viene en Europa. La menor de las competiciones continentales sigue estando en el aire y los de Manzano, ¡ay, Manzano!, no pueden dormirse pensando en trenes que se pasaron de largo.

Cuando aún hay quien trata de explicarse qué es lo que intentó el entrenador jiennense en el Coliseum Alfonso Pérez, y, más aún, cómo pudo dar aquellas explicaciones de "tapar las bandas del Getafe" y mantener la portería a cero hasta "ir a por el partido en el minuto 30 de la segunda parte", el Villarreal se presenta en Nervión guardando parte de sus fuerzas para lo que le espera esta semana ante el Oporto -¿se acuerdan del Oporto?-, algo con lo que contaban los sevillistas cuando pensaban que los de Juan Carlos Garrido podían salir hoy de aquí empatados a puntos ya con el equipo nervionense.

Pero la realidad, desde luego, es otra. Han pasado dos jornadas y son once los puntos que dice la tabla de clasificación que separan a ambos conjuntos, siendo incluso más grave las sensaciones para nada positivas que arroja el equipo de Manzano. Sin Kanoute, que no se recuperó a tiempo; sin Gary Medel, sancionado por cinco tarjetas amarillas; sin Jesús Navas, fuera de combate por lesión para lo que resta de temporada; y sin Luis Alberto, que si su suplencia en Getafe hacía que se pusiera el grito en el cielo, la decisión de no incluirlo siquiera en la lista de convocados arranca al sevillismo, así de raíz, uno de los pocos alicientes que podía tener en este duelo venido a menos por culpa del retroceso deportivo sufrido por la entidad blanca por los errores cometidos durante esta temporada.

Así, sin Luis Alberto, sin Kanoute, sin Jesús Navas y sin Medel (por supuesto sin Luis Fabiano), el Sevilla necesita ganar al Villarreal para no verse superado en la tabla y perder incluso una plaza de las que dan acceso a la Liga Europa.

La afición está que trina con su entrenador, quien él solito ha confirmado que está de paso, el club no cree ya en su método y planifica desde hace tiempo la próxima campaña, y en la convocatoria aparecen jugadores con el rol de relleno que tampoco tienen que tener un feeling especial con el jiennense. Es por eso que se entiende menos aún que el talentoso canterano tenga que jugar contra el Roquetas a las órdenes de Ramón Tejada y en el banquillo junto a Manzano se sienten futbolistas como Dragutinovic, Sergio Sánchez o Kone, con todo el respeto para ellos pero cuyo papel a lo largo de la temporada hace pensar cuál será el estado físico en el que se encuentren.

Es verdad que el chaval ha estado toda la semana fuera y jugó hace dos días un partido con la sub 19, pero que le expliquen eso al que tanto desea verlo y, más, sin Kanoute. Algo más para que Manzano, por primera vez desde que sustituyó a Antonio Álvarez en la quinta jornada de Liga, se arriesgue a que el Sánchez-Pizjuán le diga hoy un par de cositas si su equipo no logra el triunfo y la imagen que ofrezca ante el Villarreal, hasta hace poco un rival directo, no se considera decorosa.

Un Sevilla-Villarreal, en circunstancias normales, era sinónimo de otra cosa muy distinta. Hoy, es el Villarreal el que reserva titulares con vistas a una semifinal europea; hoy es el Villarreal el que le arrebata al Sevilla fichajes como Borja Valero o, como parece, Kevin Gameiro; y hoy es el Villarreal el que le lleva once puntos de ventaja en la tabla clasificatoria. Y así y todo, vaya lo que se juega el Sevilla...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios