No es que Míchel no quiera sacar lo máximo de una plantilla llena de grandes profesionales como la del Sevilla, pero hay casos en los que el entrenador madrileño parece y está dispuesto a detenerse por cuestiones de alguna forma personales. Son seis retos que el que fuera internacional, mundialista e ídolo de la España futbolística de los ochenta y noventa se ha marcado por distintos motivos. Míchel le sacó mucho rendimiento a Negredo en el Castilla (18 goles), a Manu del Moral en el Getafe (17 en dos campañas) y a Coke en el Rayo Vallecano. Aunque no lo tuvo a sus órdenes, coincidió con Reyes en el Real Madrid la temporada que el utrerano jugó en el Benabéu dándole un título de Liga al equipo merengue con dos goles al Mallorca. Míchel entonces dirigía al filial blanco y coordinaba todo el fútbol base. Otros dos casos en los que el técnico quiere afinar en el vestuario del Sevilla tienen que ver con su modo de ver el fútbol. Por la posición, la de extremo derecho, con Jesús Navas se marca el objetivo especial de hacerlo volver a su nivel. Sus conocimientos en un puesto en el que ha sido uno de los más grandes pueden ser claves. Por último, con Kanoute es una simple cuestión de admiración personal.
Negredo, el gol
Por una cosa o por otra, al Sevilla le está pasando factura el mal momento de forma de Álvaro Negredo, un hombre que la campaña pasada superó sus mejores registros goleadores. Míchel sabe que debe encomendarse a un futbolista que él mismo contribuyó a que explotara dándole una confianza que no tenía cuando era muy joven y el Castilla estaba en Segunda División. Negredo llegó a los 18 goles en un equipo plagado de futbolistas que luego mostrarían su talento pese a que, como suele ocurrir con los filiales, pagó su irregularidad con el descenso.
Míchel sabe que si Negredo empieza a ver puerta de verdad el Sevilla va a ir hacia arriba. De ahí que esté esmerándose en la mentalización del que ve como uno de los dos mejores delanteros de España.
Manu, la llegada
El jiennense es una de las debilidades de Míchel, que le sacó un gran rendimiento en el Getafe, con grandes registros goleadores. Si en la pasada temporada anotó 9 goles en la Liga, en la 09-10 acabó con 8, siempre jugando en varias posiciones y cayendo mucho a la banda. El técnico confía en su sensacional disparo a media-larga distancia y sabe que es un hombre muy aprovechable por su llegada, zancada y, sobre todo, ese golpeo seco con la derecha que tan buenos resultados le dio en el conjunto azulón.Los 5 tantos que lleva en la actualidad no están mal, pero Míchel quiere más y está empeñado en que aporte su granito de arena en mayor medida que en Getafe por estar rodeado de mejores futbolistas.
Coke, la sorpresa
Otro futbolista que Míchel conoce bien es Coke. El problema que está teniendo el lateral en el Sevilla es que está notando el cambio de categoría al aplicar los conceptos defensivos. El técnico sabe que con la marcha de Cáceres es casi la única opción que tiene en el costado derecho de la zaga y que su reto es que se adapte a defender ante delanteros de Primera, ya que de su aportación ofensiva no tiene ninguna duda. A Míchel le gustan los laterales largos, con llegada e incorporación en ataque y en eso ha demostrado que está más que capacitado.
Reyes, el motor
Míchel no ha tenido a Reyes en un vestuario, pero lo conoce bien. El utrerano jugó un año en el Real Madrid (06-07) y coincidió en la casa con el que hoy es su entrenador, entonces técnico del filial y director del fútbol base. Luego, los años en los que pasó en el Atlético también fue seguido de cerca por Míchel, que se ha dado cuenta de que debe ser el motor del equipo. Por calidad, velocidad, potencia... está llamado a ser clave ya sea desde el centro del campo o en la mediapunta. La cuestión estará en que esté motivado y concentrado.
Navas, su espejo
Extremo puro como él, desequilibrante, eléctrico... Míchel tiene especial predilección por Navas y está obsesionado en convertirlo en un jugador mucho más rentable de lo que es ahora. Sobre todo, el técnico quiere potenciar dos cosas del palaciego: primero, el centro, algo de lo que él sabe bastante; y segundo, el gol. Míchel, como hizo con el Getafe, quiere que haya un buen promedio de goles que se gesten en la segunda línea y para eso necesita que los extremos afinen en el tiro.
kanoute, la admiración
Míchel se resiste a creer que el fin de Kanoute esté cerca. El madrileño ha disfrutado viéndolo jugar y está convencido de que, en momentos puntuales, puede dar mucho aún al Sevilla. Lo ve además como un líder espiritual en el vestuario y tiene muy claro que lo va a mimar mucho para que sume.
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