El Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido el acceso de grupos de turistas al histórico mercado de la Boquería los viernes y los sábados por la mañana, tras las quejas de los comerciantes del mercado, que sufren momentos de colapso por la masiva afluencia de visitantes. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha firmado un decreto, que entró en vigor el pasado sábado, para regular el acceso de los grupos organizados de visitantes al singular mercado, situado en la popular Rambla.

El decreto prohíbe el acceso de grupos organizados de visitantes de 15 personas o más los viernes y los sábados desde la apertura del mercado, cuyos orígenes se remontan al año 1217, hasta las 15:00. Según ha informado el ayuntamiento, en el resto del horario del mercado los grupos dispondrán de libre acceso al recinto.

El decreto establece también que si un grupo de visitantes de 15 o más personas accede al mercado en el horario no permitido, los vigilantes de seguridad serán los encargados de informar de la imposibilidad de continuar la visita al recinto, y los acompañarán en el exterior. Según el consistorio, los vigilantes del mercado de la Boquería ya han recibido la formación necesaria para efectuar esta nueva tarea.

Esta restricción de visitas organizadas los viernes y sábados responde a una petición que los comerciantes de la Boquería formularon de manera oficial al Instituto de Mercados de Barcelona hace unos meses, cuando solicitaron que se regulara el acceso de grupos de visitantes para evitar las aglomeraciones que complican la actividad normal de este mercado. "El Instituto de Mercados de Barcelona recogió la demanda de los vendedores y después de trabajar con el colectivo de comerciantes le ha dado esa forma con el objetivo de favorecer un correcto desarrollo de la actividad del mercado y de evitar situaciones de colapso dentro del recinto", según fuentes del consistorio.

El tradicional Mercado de Sant Josep, conocido como el Mercado de la Boquería, inauguró su actual cubierta metálica en 1914 y es uno de los atractivos turísticos de la capital catalana. Tiene una superficie de más de 2.500 metros cuadrados que ocupan más de 300 puestos de venta, en los que se pueden encontrar todos los productos comestibles imaginables. Es el mercado más grande de Cataluña y su última gran restauración finalizó en el año 2000.