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Hoy, 9 de junio, da comienzo en Almería el juicio contra el hombre que secuestró y trató de asesinar a su expareja en El Ejido intentando que pareciera un suicidio. El agresor está acusado de secuestro y de lesiones y el hijo de ambos de haber colaborado con el padre.
El día de los hechos éste le abrió la puerta al progenitor para que pasara al interior de la vivienda y una vez allí golpeó a su madre, la maniató y se la llevó con la intención de acabar con su vida. La Fiscalía pide siete años de prisión para el exmarido de la víctima por los delitos cometidos.
Los hechos ocurrieron en junio de 2021. La mujer a la que agredieron ya había denunciado a su ex marido anteriormente, en 2015, después de que éste la hubiera estado maltratando. Llevaban 14 años casados y tenían dos hijos en común. Había estado aguantando esa situación por sus hijos hasta que no pudo más e informó a las autoridades de lo que estaba viviendo.
Seis años más tarde, en 2021, las cámaras de seguridad de su vivienda captarían cómo el hijo dejó entrar a su padre a sabiendas de las intenciones de éste, y cómo maniataba a su madre para sacarla del inmueble en contra de su voluntad. El hombre se había cerciorado de cortar los cables de las cámaras para que nadie pudiera incriminarlo pero no sabía que algunas de éstas estaban conectadas a un circuito independiente por lo que los hechos quedaron filmados.
Antes de que la maniatara, la mujer consiguió hacerse con un teléfono móvil y metérselo entre las piernas, donde lo tuvo escondido hasta que llegaron al domicilio de él. Ya en la casa el hombre le pidió que redactara una carta de despedida para hacer creer a todos que se había suicidado. Pidió también que exculparan a su marido de cualquier responsabilidad para luego tratar de hacerla desaparecer.
En ese momento la víctima simuló que se encontraba mal y pidió a su presunto agresor que la dejara ir al baño. Desde allí fue desde donde pudo llamar a Emergencias con el móvil que se había escondido entre las piernas y pedir ayuda. No le dio tiempo a decir mucho más antes de que el hombre se diera cuenta y comenzara a propinarle una brutal paliza.
Durante el forcejeo la mujer consiguió liberarse y correr hacia la puerta, que pudo abrir para huir. Comenzó entonces a gritar por el edificio mientras corría y a llamar a todos los timbres de las casas que se iba encontrando a su paso. El agresor volvió a atrapar a la víctima pero no le dio tiempo a hacerle nada más porque los vecinos comenzaron a salir de sus viviendas y consiguieron retenerlo hasta que llegó la Policía para detenerlo.
Ahora, casi cuatro años después, tendrá lugar el juicio por el secuestro y las lesiones de la mujer víctima de violencia de género. Por el momento y aunque la hija de la víctima halla hablado de las intenciones del padre de matar a su madre, no se le atribuye ningún delito de asesinato en grado de tentativa.
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