El 32 por ciento de los escolares españoles de entre 8 y 11 años no han probado nunca las espinacas, el 23 por ciento no saben qué gusto tiene un tomate y el 15 por ciento no han comido jamás una naranja, según reveló ayer la Fundación Dieta Mediterránea, que promueve talleres de cocina en los colegios.

Tras elaborar un plato sencillo en su colegio siguiendo las pautas dadas por monitores especializados, los escolares rellenaban una encuesta sobre su experiencia, de la que se han extraído datos sobre los alimentos que nunca antes habían probado en casa.

Así, el 31,9 por ciento afirman que jamás habían probado las espinacas, el 22,93 por ciento no se habían comido un tomate y el 22,75 por ciento tampoco sabían qué gusto tenía un espárrago.

Otros alimentos también bastante desconocidos entre los escolares son la cebolla (el 16,33 por ciento no la habían probado nunca), la naranja (14,77 por ciento), las aceitunas negras (21,43 por ciento), la zanahoria (15,87 por ciento), los piñones (26,58 por ciento) y el atún en conserva (22,66 por ciento).

El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Dieta Mediterránea, Francisco Sensat, se mostró preocupado ayer, durante la presentación de estos datos a la prensa, por el alto porcentaje de niños que admite no haber probado antes alimentos de la importancia del tomate o la naranja.

Sensat ha recordado que una alimentación rica en frutas y verduras es básica, junto a la práctica del ejercicio físico, para tener una buena salud, y ha subrayado la necesidad de convencer a los padres de la importancia de la dieta.

Para promover una dieta saludable, la Fundación Dieta puso en marcha hace dos años los talleres infantiles de cocina en las escuelas durante la jornada escolar para enseñar a los menores a identificar los alimentos más importantes.

Hasta el momento, han participado ya en ellos unos 25.000 niños de entre 8 y 11 años de Andalucía, Cataluña, Castilla-La Mancha y Aragón, aunque se espera extender los talleres en los próximos meses hasta conseguir que pasen por ellos un millón de niños de toda España.

El plato que elaboran los niños en los talleres es una "ensalada del bosque mediterráneo" que se compone de espinacas, espárragos, tomate, cebolla, naranja, aceitunas negras, zanahoria, piñones, atún en conserva y una salsa vinagreta elaborada con aceite de oliva, vinagre y mermelada de frambuesa.

Tras los talleres, los niños se llevan a casa un maletín con material didáctico que incluye un libro con 50 recetas de la dieta mediterránea con el objetivo de concienciar a los padres de la necesidad de seguir estas pautas de alimentación.

Las escuelas, a través de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ampas), también convocan conferencias a las que invitan a asistir a los padres, conscientes de que cualquier cambio real de hábitos en la alimentación debe empezar en casa.

El hecho de haber sido protagonistas de la elaboración de un plato hace que hasta el 94 por ciento de los alumnos decidan probarlo y que más del 66 por ciento lo encuentren bueno, pese a que incluye ingredientes que habitualmente son rechazados.