Pensabas tenerlo resuelto y no: la DGT deja fuera del mercado varias balizas V16
Cuatro balizas pierden la certificación oficial justo antes de que la V16 conectada sustituya definitivamente a los triángulos de emergencia
"No hay ninguna vocación de multar": la DGT insiste en que la obligatoriedad de la baliza V16 busca aportar seguridad
La implantación definitiva de la baliza V16 conectada como único sistema legal de preseñalización en carretera no está siendo un camino sencillo. A escasos días de que este dispositivo pase a ser obligatorio, la DGT ha retirado la homologación a cuatro modelos que ya se encontraban a la venta y que contaban con certificación oficial. La decisión ha sorprendido tanto a conductores como a comercios, que creían haber resuelto ya una exigencia normativa largamente anunciada.
La medida no implica una prohibición total del uso, pero sí introduce un nuevo elemento de incertidumbre en un mercado que ya estaba tensionado por la cercanía del cambio legal. La DGT ha actualizado su listado de balizas homologadas y ha trasladado estos dispositivos a un apartado específico de certificados con vigencia finalizada, lo que impide su comercialización inmediata.
Qué balizas han perdido la homologación
La retirada de la certificación afecta a cuatro modelos concretos de balizas V16 conectadas. Tres de ellos se fabrican en China y se comercializan en España bajo las marcas Don Feliz, The Boutique For Your Car e Ikrea, todos procedentes del mismo proveedor industrial asiático. El cuarto dispositivo corresponde a la marca Call SOS, un modelo ensamblado en España por la empresa Ditraimon S.L.
Desde Tráfico se subraya que la retirada responde a cuestiones administrativas y de control de calidad, y no a la detección de fallos técnicos o riesgos para la seguridad vial. En algunos casos, el proceso de renovación no se completó dentro de los plazos establecidos; en otros, fueron los propios fabricantes quienes solicitaron la retirada del certificado.
Se pueden seguir usando, pero no vender
Uno de los aspectos clave de la decisión es que las balizas afectadas mantienen su validez legal para quienes ya las han adquirido. La DGT ha confirmado que estos dispositivos podrán seguir utilizándose hasta el final de su vida útil, vinculada al periodo de conectividad incluido en el precio de venta. Por tanto, no habrá sanciones por llevarlas o activarlas correctamente en caso de avería o accidente.
La diferencia es clara: el uso está permitido, pero la venta queda prohibida. Esta distinción ha generado dudas entre muchos conductores, que se preguntan si deben cambiar su baliza por otra con homologación vigente o si pueden exigir devoluciones en los comercios donde realizaron la compra.
Un cambio normativo que llega con dudas
La baliza V16 conectada sustituirá de forma definitiva a los triángulos de emergencia y a las balizas sin conexión a partir del 1 de enero de 2026. El dispositivo emite una señal luminosa visible en 360 grados y transmite automáticamente la ubicación del vehículo a la plataforma DGT 3.0 al activarse, sin necesidad de usar el móvil ni salir del coche.
Sin embargo, la retirada de modelos certificados a tan pocos días de la obligatoriedad ha puesto en evidencia las dificultades de un sistema de homologación que no siempre resulta claro para el consumidor. Muchos usuarios sienten que la normativa avanza más rápido que la información disponible, lo que les obliga a revisar de nuevo qué dispositivo es válido cuando pensaban haber cerrado el asunto.
Cómo debe utilizarse la baliza V16
La DGT recomienda llevar la baliza en la guantera para poder acceder a ella desde el interior del vehículo. En caso de avería o accidente, debe activarse y colocarse preferentemente en el techo, sin que el conductor tenga que bajarse a la calzada. Una vez encendida, la baliza inicia automáticamente el envío de la posición del vehículo.
El sistema no transmite datos personales ni sustituye el aviso a los servicios de emergencia, que sigue siendo responsabilidad de los ocupantes si la situación lo permite. Su objetivo es mejorar la seguridad y reducir el riesgo de atropellos, aunque su implantación, por ahora, sigue generando más preguntas que soluciones entre los conductores.
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