'La liga de los hombres extraordinarios', populismos y pesetas

Balón pretérito

Movistar Plus + ofrece al completo esta docuserie sobre el fútbol y sus presidentes de los años 80 y 90, con el sello de Jordi Évole

Gil tan Gil

'Yo soy', la España de Tal y Tal

Jesús Gil, cuando alternaba la presidencia del Atlético con la alcaldía marbellí
Jesús Gil, cuando alternaba la presidencia del Atlético con la alcaldía marbellí
Francisco Andrés Gallardo

26 de septiembre 2022 - 12:21

Eñ sello de Producciones del Barrio, la productora de Jordi Évole, se percibe desde el primer momento en el rítmico montaje cinematográfica, las referencias pop y ese sesgo crítico acentuado de la casa. En este caso le viene bien, algunos de los aludidos mantienen a día de hoy la postura al límite de la parodia como Lopera. En el recorrido, nombres del fútbol y de la prensa de ayer y hoy, y de antes de ayer, para diseccionar una época crápula de prosperidad infinita donde nidificaron todos estos presidentes de ego y corbatones que contaban la vida en millones de pesetas.

La liga de los hombres extraordinarios es una docuserie en Movistar Plus + que trata sobre las entrañas del fútbol pero que en realidad está dibujando a toda la sociedad del momento. España se asoma al mundo y de inmediato se siente potencia europea, un empacho apresurado de gente con prisas y sin demasiados escrúpulos para reforzar sus poltronas.

Vicente Vallés lo apunta en la sabrosa entrega prólogo, El chou: antes de que aflorara el populismo político, del que aún estamos sufriendo los últimos coletazos (como los cocodrilos, aun así, los coletazos pueden ser mortales para los demás), teníamos este populismo futbolístico de Jesús Gil, el dueño del Betis o de Caneda, aquel presidente del fulgurante Compostela.

El fútbol se había convertido en un negocio desbordante, tan pavoroso como incontrolado. Costó ponerle algunas puertas al campo. Y mientras se establecían cotos razonables a la gestión y a las deudas, los presidentes aludían al corazón de unos aficionados impresionables dispuestos a todo.

El fútbol, que apenas son unas horas pero cuyo eco cubre meses enteros, era el caldo de cultivo sentimental para que aparecieran los populistas. Bueno sí, el fútbol siempre ha estado lleno de populistas, antes y en especial ahora mismo, pero el tiempo que cuenta esta Liga, tristemente, fue el más divertido de todo ese sistema que fabrica fortunas a golpe de estrategia y chiripas.

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