Espectáculo de escaso interés en una novillada chica y vacía en Las Ventas

Javier López (Efe) Madrid

12 de octubre 2015 - 01:00

Una tarde de lo más anodina, de ganado infame por presencia y esencia fue lo que dio de sí el triste y gris espectáculo en Las Ventas, en la que no puede anotarse ni el más mínimo detalle destacable a pesar de la ovación que saludaron cada uno Mario Alcalde, Amor Rodríguez y Alejandro Fermín. Con un cuarto de entrada, se lidiaron dos novillos -primero y segundo- de La Dehesilla, uno -el tercero- de José Luis Pereda y tres -cuarto, quinto, éste como sobrero, y sexto- de Julio de la Puerta, muy justos de presentación, nobles pero descastados, sin raza y en el límite también de las fuerzas. Sólo destacó el segundo, aplaudido en el arrastre. Mario Alcalde, silencio y ovación tras aviso. Amor Rodríguez, silencio tras aviso y ovación tras aviso. Alejandro Fermín, que sustituía a Manuel Vanegas, silencio y ovación.

Una novillada infame, a caballo entre el saldo y el desecho de tienta, dejó hoy en evidencia a los veterinarios de la considerada primera plaza del mundo, que aprobaron una becerrada vergonzosa. Los cuatro titulares de Pereda y La Dehesilla no tuvieron la más mínima entidad, muy escurridos y vareados, sin remate y poca cara. ¿Cómo serían los dos que echaron para atrás en el reconocimiento? El suspenso ganadero continuó también en cuanto al comportamiento de los ¿novillos?, que, aunque nobles y sin complicaciones aparentes, apenas se prestaron.

La terna puso voluntad, aunque faltó acierto. Alejandro Fermín sufrió una tremenda voltereta en el sexto sin consecuencias.

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