Manuel Escribano, después de su gran éxito en la Feria de Abril ante miuras, continúa sumando triunfos. El pasado 1 de mayo salió a hombros en la plaza francesa de Saint-Martin-de-Creu en su estreno ante toros de Dolores Aguirre y el pasado domingo abrió la puerta grande en la feria venezolana de Maracay. Sin apenas oportunidades en las últimas temporadas, el torero sevillano, tras recoger varios galardones por la mejor faena y estocada del ciclo abrileño, reflexiona sobre su nueva situación en el toreo.
-¿Qué ha supuesto este éxito?
-Desde el punto de vista moral ha sido increíble. Es donde más lo noto. De tener diez o doce corridas en Francia, ahora se abrirán las puertas. Eso supone que los esfuerzos y sacrificios de años atrás han merecido la pena.
-¿Con qué pautas ha vivido para no arrojar la toalla?
-Entrenando todos los días con afición y ambición. Es muy duro levantarse, dedicarle al toreo seis, siete o más horas de entrenamiento cada día sin saber cuándo toreas. Y, sobre todo, he confiado mucho en mi capacidad y mis cualidades.
-¿En qué medida se han incrementado los contratos?
-Se va notando. Van saliendo las cosas. Se abren puertas. Habrán salido seis o siete corridas y estamos pendientes de varias ferias de primera categoría tanto en Francia como en España.
-¿Cómo vivió la sustitución a El Juli?
-A principio de año estuve a punto de entrar en esa corrida; hasta que se ofreció El Juli. En la plaza vi el percance al maestro y mi apoderado llamó para la sustitución. El sábado por la mañana me confirmó que el puesto era para mí. Me sentí feliz y contento. Esa noche, previa a la corrida, dormí bien. Sin embargo, la anterior, en la que todavía estaba pendiente de conocer si yo era el sustituto, no pegué ojo.
-¿Qué destacaría de su actuación?
-Lo fundamental es cómo me tomé la corrida, con tranquilidad, con gusto. No miré el hierro.
-¿Hubo algún momento duro?
-Lo más feote fue cuando pinché al primer toro. Me confié.
-Dio la sensación de que estaba cómodo ¿No sintió presión alguna?
-Nunca. Ni en las largas cambiadas de rodillas, ni en banderillas, ni con el capote ni la muleta. Ni tampoco a la hora de matar. Disfruté mucho cada momento. Estaba concienciado y me jugué la vida con gusto.
-¿En qué momento disfrutó más?
-En el segundo toro con la izquierda. Pensé que lo había conseguido. Fue como un éxtasis. Con ese toro de Miura me relajé, me abandoné y sentí una cosa mágica.
-¿Cómo fue ese toro, al que le dieron la vuelta al ruedo?
-El toro fue de menos a más. Fue un toro agradecido. Lo fui haciendo, dando las distancias y las alturas adecuadas. Con toques suaves. El toro embistió a la velocidad que quise.
-Habla de temple.
-Así es. Lo toreé con temple.
-¿Era consciente de que toreaba a un miura?
-En todo momento supe que se lo hacía a un toro de Miura. Porque había que torearlo con una técnica y no bajar la guardia. El que no me cogiera la muleta era difícil.
-¿Dónde torea próximamente?
-El 12 de mayo toreo en Alés, Francia, una corrida de Prieto de la Cal, con Marc Serrano y Fernando Cruz. Y el 19, en Vic-Fézensac, una de Escobar, con Rafaelillo y Paco Ureña.
-Tras el triunfo con miuras, ¿teme que le etiqueten como torero de corridas duras?
-No. He dado una dimensión de que puedo matar cualquier otro tipo de toro. Yo quiero estar en las grandes ferias y está en mis manos salir de esos carteles.
-Este éxito llega en un año de descenso drástico de espectáculos ¿Cómo le afectará?
-Me afectará porque es un año difícil y duro. Influirán en que no lleguen tantas oportunidades y costará trabajillo. Pero he dado un paso grande para que me pongan en las ferias grandes.
-Madrid ya estaba cerrado. Todavía no ha confirmado en Las Ventas...
-La feria ya estaba hecha. Si ahora no hay posibilidad, espero confirmar en la Feria de Otoño. Dicen que unos las firman y otros las torean. Por supuesto, no quiero ver herido a ningún compañero. Pero tengo muchas ganas de confirmar y torearé en Las Ventas.
-En Sevilla sustituyó a El Juli ¿Qué le dijo tras el triunfo?
-Le llevé las orejas del toro. Se alegró mucho de mi triunfo y estaba muy contento.
-¿Qué meta se ha propuesto ahora?
-Seguir mi camino, mi lucha diaria y, sobre todo, entregarme en el ruedo. Ahora, con más razón, tengo que dar motivos para que los públicos me vean y los empresarios me contraten.
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