1961: El Viti empieza a forjar su fama
especial san isidro | 1960/1961
La década de los sesenta supondrá el asentamiento definitivo de una feria que incrementará sustancialmente su abono Manuel Benítez, la figura que marcará con su presencia esta época
Con 1960 se inicia una década que serviría a la postre como la auténtica consolidación de una feria a la que ya nadie dudaba en calificar como la más importante y decisiva del mundo y a la que sin duda marcará también en su ecuador la presencia del torero más carismático de todos los de su época: Manuel Benítez El Cordobés.
Como bien se refleja en el análisis recogido por José María Sotomayor, "la primera feria la salva Antonio Ordóñez con una faena magnífica al toro Barbalarga, de Atanasio Fernández en el tercer festejo del serial. Como ocurriría en muchas ocasiones a lo largo de la historia, la lluvia, casi torrencial, estuvo presente en muchos festejos de la feria".
En este año de 1960, el onubense Antonio Borrero Chamaco se anuncia dos tardes, la segunda de ellas como testigo de la confirmación de Diego Puerta; bien arropado en cuanto a figuras y nombres importantes. La feria de Antonio Borrero se diluyó entre mansos, poca suerte y el poco favor del público hacia su toreo.
Feria de 1961. Santiago Martín El Viti, que tomó la alternativa, dio el primer aldabonazo de matador de toros y esa tarde cortó dos orejas y salió por la Puerta Grande. Más tarde lo haría en once ocasiones más.
Con toros de Atanasio Fernández cayeron heridos, en la antepenúltima corrida, Diego Puerta y Paco Camino. Gregorio Sánchez se quedó con los seis toros y, aunque sólo cortó una oreja, su labor se vio recompensada con una salida en hombros. Pero la faena de la feria sería la realizada por Victoriano Valencia a Malvaloca, de Fermín Bohórquez. Lástima que no estuviera acertado con la espada.
Por otro lado, Yegüerizo, de Pablo Romero, fue el toro de la feria. Le correspondió a Curro Girón en su segunda sustitución. Para ganársela había prometido al empresario torear sólo con la mano izquierda. Así lo hizo y, al natural, le cortó la oreja.
Dos tardes más volvió a anunciar la feria de 1961 al choquero Chamaco, quien cubrió con dignidad sus dos actuaciones ante la cátedra madrileña que en el tercer festejo de ese año se rebeló contra la presidencia de la plaza por no haber concedido la oreja de su primer toro al sevillano Diego Puerta y obligó al torero a dar tres apoteósicas vueltas al ruedo.
Polémicas viejas que cada día se hacen nuevas.
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