Final ciclo promoción de la Real Maestranza

Sólo puede quedar uno...

Francisco Mazo, Mariscal Ruiz y Javier Zulueta cierran el ciclo de noveles en la Maestranza

Francisco Mazo, Mariscal Ruiz y Javier Zulueta cierran el ciclo de noveles en la Maestranza / Toromedia

Mazo, Mariscal y Zulueta, ungidos como finalistas de este certamen promocional según el dictamen del jurado de asesores de la presidencia, tienen ante sí una oportunidad de oro para dar un paso adelante en sus carreras. Pero sólo puede quedar uno… La final se dirime este hoy mismo en el coso del Baratillo frente a un encierro de la vacada sevillana de Dolores Rufino. Está en juego el preciado vestido de torear que regala la Real Maestranza de Caballería al flamante ganador pero, más allá de todo eso, se encuentra la oportunidad de volver a pisar el albero sevillano como novilleros con picadores y subir un nuevo peldaño en la dura e incierta carrera del toreo.

Los tres han empatado a un trofeo y se hicieron con el favor del público y las anotaciones de Alfonso Ordóñez, Luis Arenas, Antonio Ramón Jiménez y Gabriel Puerta, los toreros de plata retirados que asesoran en el palco y tienen la responsabilidad de seleccionar a los finalistas y escoger al ganador.Mariscal Ruiz -hijo, nieto, primo y sobrino del cuerpo que nació en Mairena del Aljarafe hace 18 años- enseñó que sabe hacer las cosas bien más allá de su altísima estatura. En el primer festejo clasificatorio sorprendió en el manejo del capote, puso en banderillas y toreó con solvente verticalidad a un eral informalote al que alcanzó a cuajar muy buenos muletazos por ambas manos.

En la segunda novillada se cortarían otras dos orejas. La primera se la llevó Francisco Mazo, albaceteño de 22 años que se presentaba por la escuela de su ciudad. Mazo supo sacar lo mejor de un tercero protestón y berreón que acabaría rompiendo en su muleta gracias a la entrega y la solvencia del chaval que, inasequible al desaliento, supo buscarle todas las vueltas en una labor de mayor calado técnico que estético.

Pero ese día, en honor a la verdad, caló especialmente el impacto y la capacidad de ilusionar de Javier Zulueta (Sevilla, 2005) que anduvo cerca, muy cerca de cortar las dos orejas del novillo de Gabriel Rojas -su propio tío- en una actuación aclamada en la que supo llenar plaza haciéndolo todo con una sencilla y elegante naturalidad. El novillero sevillano -que además es hijo del alguacil de la plaza, que le entregó la oreja que cortó- parte como claro favorito aunque todo está por ver hasta que doble el sexto novillo de Dolores Rufino.

Un tentadero preparatorio

Y en la ganadería de Dolores Rufino, precisamente, se vieron las caras antes de la trascendental final del jueves. Fue en un tentadero preparatorio, en la finca cigarrera de Buenavista, en el que lidiaron una becerra por coleta para tomar el pulso a la propia ganadería y medir las fuerzas de los rivales. Las faenas de tienta, dirigidas por el ganadero Manuel de la Fuente, contaron con la presencia de los empresarios del coso maestrante Ramón Valencia padre e hijo, que también pudieron sacar sus propias conclusiones para esta final que llega cargada de ambiente, trufada de una electrizante rivalidad.

“Poder estar en la final de las novilladas de promoción es un sueño” explicó Francisco Mazo al término de la tienta. El pasado 13 de julio había pisado por primera vez el ruedo de Sevilla ganándose un puesto en la final. “Una vez que pisas el albero, nada tiene que ver con lo que tú creías”, reconoció Mazo admitiendo que tiene “grabada de por vida” la secuencia de la faena que le convirtió en finalista. “Voy mentalizado a darlo todo” señaló el albaceteño soñando con ser el triunfador. “Lo que busco es llegar al hotel con la sensación haberme vaciado”, reflexionó.

Mariscal Ruiz, hijo del banderillero Luis Mariscal, también se juega mucho en la cita de este jueves. “Todos los años había visto la final desde el tendido y es algo con lo que siempre he soñado desde que quise ser torero”, señaló el novillero de Mairena del Aljarafe impactado aún por las sensaciones vividas el pasado día 6. “El ruedo es enorme; desde arriba no se aprecia tanto y luego, desde abajo, se ve más bonita la plaza”. Ahora contará con dos erales que suponen una “doble responsabilidad, en un cartel de tres como las figuras del toreo”. El objetivo para la final pasa por triunfar sin perder su propia línea. “No me gustaría salirme de lo que es mi toreo: hacer bien las cosas con un toreo puro y clásico”, advirtió.

Javier Zulueta, finalmente, será el tercer nombre de la final. Y sobre él recae, seguramente, la mayor expectación de la noche. “Es un sueño, voy cargado de responsabilidad y de ilusión”, argumenta el novillero sevillano que tiene muy frescas las sensaciones de su actuación del pasado día 13. “Desde que llegué al patio de cuadrillas hasta que me fui, fue un día soñado y escuchar los oles de Sevilla, que son distintos al resto, hace sentirse a uno más torero”. El objetivo es claro: “que el aficionado salga hablando de mí, que es lo más importante”. Y si hay algo que le alienta es “salir por esa Puerta del Príncipe con la que todos soñamos”.

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