Unicaja

Abromaitis puede perderse lo que queda de temporada y el Unicaja mira el mercado

  • El ala-pívot tiene una fractura en el pómulo por cuatro lugares distintos y este miércoles pasa nuevas pruebas

  • El club estudia un refuerzo para el tramo final

Tim Abromaitis y Carlos Suárez.

Tim Abromaitis y Carlos Suárez. / Marilú Báez

Las lesiones de Tim Abromaitis y Carlos Suárez pueden propiciar que se pierdan lo que resta de temporada. Es lo más probable, de hecho. El capitán pudo jugar en el Palau Blaugrana su último partido como cajista. Tiene una lesión en el gemelo de su pierna izquierda y, vistos además los precedentes, estará más de un mes fuera, tiempo en el que se acaba la temporada regular.

El caso del americano no es tan taxativo, pero hay cierta preocupación en el club y el jugador. Tiene fracturado su pómulo izquierdo por cuatro sitios distintos después del choque que se produjo en los últimos segundos del partido en Barcelona. Una de esas fracturas está muy cerca de la órbita ocular y ello propicia que haya un riesgo que ni jugando con mascarilla se puede eliminar. Este miércoles están previstas nuevas pruebas para ver cómo van evolucionando. En el mejor de los casos llegaría para la última semana de competición, en la que se concentran los partidos ante Burgos, Manresa y Breogán. Pero no hay seguridad.

En esta tesitura, el Unicaja ha vuelto a intensificar su presencia en el mercado. Tiene ahora mismo en la posición de cuatro a Cameron Oliver y Yannick Nzosa. "Tener que meter a Cameron, al que intentamos meter en la rotación, y Yannick, que está entrenando muy bien pero que no había tenido protagonismo, en la posición de cuatro no ayudó", admitía Ibon Navarro tras la derrota ante el Lenovo Tenerife. También jugó ahí Jonathan Barreiro, aunque el vitoriano le ve más como tres, donde ha empezado a mejorar su rendimiento, porque hace al equipo más físico. 

El club no quiere dar la temporada por finalizada. Aunque los play off son quiméricos, hay que meterse entre los 10 primeros clasificados para garantizar la presencia en la Basketball Champions League la próxima temporada. Quedan cinco partidos de alta dificultad, porque todos los rivales, a día de hoy, se están jugando mucho. Y previsiblemente, lo seguirán haciendo en el momento de enfrentarse.

A estas alturas de abril hay un poco más de facilidad para acceder a jugadores que con sus clubes han cumplido objetivos a estas alturas de temporada aunque no haya finalizado las ligas y han acabado competiciones europeas. También hubo un movimiento amplio con los clubes rusos sancionados y jugadores que quedaron liberados (caso del ex cajista Kuzminskas). El ejemplo de Cameron Oliver y Matt Mooney, llegados desde la G-League, recuerda que está bien ampliar mercados pero sin experiencia previa en Europa hay un peaje que pagar en su adaptación. Ellos ocupan ahora mismo las dos plazas de extracomunitarios de las que dispone el Unicaja una vez se movieron los hilos para que Abromaitis pudiera jugar como español.

El equipo malagueño estudia si hay a un precio asequible (los fichajes de Kravic, Mooney y Oliver han aumentado el presupuesto de manera estimable) un jugador que pueda aportar en este tramo final de temporada para mantener el tono competitivo. Es un mensaje también al resto de la plantilla, de que esto no se ha acabado, como alguno pareció asumir el domingo. Lo ideal sería minutos para intentar recuperar a Nzosa y que Oliver diera un salto, pero hay necesidad de resultados y también de apuntalar algo sobre lo que ir construyendo para el año que viene.

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