El Unicaja infantil consiguió de manera brillante el acceso a las semifinales de la Minicopa tras derrotar al Joventut en un Carranque con más de 1.000 espectadores y con gran ambiente. El equipo de Manolo Bazán derrotó a la Penya (62-50) en un duelo que dominó de cabo a rabo pero en el que el equipo verdinegro nunca se rindió y llegó a colocarse a sólo cuatro puntos en el cuarto final después de que el Unicaja hubiera dominado por 20 puntos en el tercer cuarto. Pero mantuvo la calma, Alonso de la Iglesia metió dos tiros libres claves y August Moller guió al equipo a la victoria. Este sábado será la semifinal ante el Barça (12:00 horas) del fenómeno Dabone, una tarea infranqueable, pero el objetivo ya está cumplido y habrá que disfrutar.

De nuevo fue Moller, el jugador invitado para esta Minicopa, quien brilló más en el equipo cajista. El danés es un proyecto muy serio de jugador. Tenía las herramientas, ya lo habían constatado los técnicos en los entrenamientos privados, pero había la duda de cómo se desenvolvería compitiendo al máximo nivel con los mejores equipos de España. Y la impresión mejora. Domina con su altura (2.03 metros), pero no sólo por ella, tiene un repertorio técnico muy bueno, acaba con las dos manos, es fluído y natural en los movimientos y también tiene el tiro (dos triples) y el pase cuando le doblan. El primer pase tras el rebote para sacar el contragolpe es excelente. Acabó con 15 puntos (4/9 en tiros de dos, 2/5 en triples y 1/2 en libres), 16 rebotes, cuatro robos, cuatro tapones y tres asistencias, con seis pérdidas en el debe. Acumuló 29 puntos de valoración.

Junto a Moller, el otro jugador con más aparente proyección parece Alonso de la Iglesia, un exterior atrevido y con descaro que tiene talento físico y técnico. Acabaría con 13 puntos, cinco rebotes y dos asistencias aunque nueve pérdidas. Tiene el chasis de jugador. Gran trabajo de Agustín Martín (16 rebotes, más dos puntos aunque no tuviera el día en el tiro) y Antonio Martínez (12 puntos). En general de todo el equipo infantil cajista, que tendrá un duelo casi imposible ante un Barcelona que ya era el equipo más dominante de la generación 2010/11 en España antes de la adición de Dabone, que ya domina en las competiciones cadetes y que descansó ante el Girona antes acometer las semifinales.