El final de la Euroliga precipitó el final de la mejor versión de James Augustine. El pívot de Illinois acabó la temporada de manera descendente, con presencia nula en los últimos partidos, lejos de la tremenda solidez mostrada en los dos primeros tercios de competición, en los que se convirtió en jugador indispensable. 67 partidos jugados, 22 minutos de media, 7.5 puntos y 6.1 rebotes. Ha sido el mejor reboteador de la Euroliga, competición en la que tiene experiencia y caché.

Pese al desplome final, Augustine tiene buen cartel en la Euroliga y dos equipos con licencia A le han echado el ojo. Uno de ellos es el Zalgiris Kaunas, en el que Sarunas Jasikevicius continuará tras firmar un tercer puesto espectacular en la máxima competición continental. Piensa el técnico lituano que Augustine encaja en su filosofía de equipo. El Maccabi es el otro club que se ha fijado en el norteamericano para la próxima temporada.

Augustine regresó a España desde Moscú tras cinco años repartidos entre Khimki y CSKA. Fue una coyuntura inesperada del mercado que un jugador de su solvencia estuviera a tiro y el Unicaja anduvo hábil para acceder a un hombre con caché al que parecía imposible acceder. El jugador y su familia (su pareja es valenciana) querían regresar a España y el Unicaja ofreció esa opción. "Quiero estar en un equipo bueno, con buenos compañeros y entrenadores. No me importa jugar en la Eurocup o la Euroliga si se cumple lo demás", decía semanas atrás en una entrevista en este periódico. Ahora toca una nueva situación de mercado y Augustine es un interior preciado a nivel de Euroliga.