Barça Lassa - Unicaja Baloncesto | Crónica

Sin batería (94-83)

  • El Unicaja completa más de 30 buenos minutos en el Palau, pero la acumulación de detalles y un punto extra del Barcelona le acaban postrando por una diferencia abultada

Shermadini deja una bandeja.

Shermadini deja una bandeja. / ACB Photo

El resultado puede llevar a conclusiones irreales (94-83). El Unicaja perdía por un punto mediado el último cuarto en el Palau, desprovisto de su esqueleto nacional (Alberto, Suárez y la baja de última hora de Jaime Fernández, con gastroenteritis) y ante una semana de muy alta exigencia. Las sensaciones fueron mejores que los números. Se compitió hasta casi el final, cierto es, por un acierto alto en el triple, en el que se había renqueado en las últimas semanas. Pero se vieron minutos de gran baloncesto (defensivo también) en el segundo cuarto y en algún tramo de la segunda mitad.

No sale magullado el Unicaja del Palau, aunque se evidenciaron los campos de crecimiento, o defectos, que aún existen. Y ya se ha pasado el ecuador de la temporada. ¿Tienen solución? Ahí anda Luis Casimiro, intentando tapar los agujeros. Hubo fugas en el rebote, demasiadas pérdidas, desatenciones demasiado frecuentes. No se cuidó el detalle. También sufrieron mucho los pivots con Seraphin, como pocos rivales han rebasado a los interiores cajistas. Y encajando 94 puntos lo normal es perder ante un equipo de calibre Euroliga.

Con un 10-0 de salida adverso cabía pensar en un domingo en el dentista. Se precipitó el Unicaja en varios ataques y Pangos movía la batuta con soltura para encontrar a compañeros o ejecutar el mismo. Cabía esperar un tiempo muerto de Casimiro para capear el temporal. No lo hizo el técnico manchego, que aguardó una reacción propia del equipo, sin ayuda externa. Y le salió bien la decisión. Poco a poco fue cogiendo ritmo el Unicaja, encontrando posiciones de tiro más cómodas y una rotación de balón más lógica. Roberts dio puntos cuando hacían falta en su espiral creciente. Y al final del primer cuarto llovía bastante menos (17-15).

Erró varios ataques el Unicaja para empatar o ponerse por delante, pero el ritmo del partido había virado. Seraphin hacía bastante daño a Lessort, en los dos lados del campo. Parecía que el Barcelona estiraba de nuevo (30-23) a lomos del pívot francés. Pero tenía personalidad e ideas el Unicaja, que encadenó minutos de alto nivel defensivo, quizá los mejores de la temporada por la continuidad. Buena actividad, colapsando el centro de la zona con saltos cuando había líneas de pase y manos rápidas para sumar seis recuperaciones en el segundo cuarto. Y sin necesidad de cometer faltas hasta el minuto 12 de partido.

Mención especial para Boatright en esa remontada. El americano encadenó casi una decena de ataques en los que anotó (un 3+1, tercero en los tres últimos partidos, básico para bajar de siete a tres puntos de desventaja) o habilitó en buena posición a algún compañero. Generó dos pases seguidos a Shermadini para dar la primera ventaja (30-31) en el partido. Además, estuvo activo defensivamente para forzar un par de pérdidas rivales. Kuric encontró un hueco en la defensa malagueña para meter dos canastas seguidas, pero el ritmo del partido era del Unicaja. Boatright, que también tiene su reverso anárquico, le dio un mal pase a Shermadini y perdió una bola para dar un ppoco de aire al Barcelona. Cinco puntos seguidos de Lessort dejaban igualado el partido al descanso (41-41).

Para ganar en un escenario como el Palau, sobre todo con un Barça en un alto nivel de prestaciones, hace falta continuidad. Y perdió el oremus tras el descanso. El Barcelona empezó a penalizar errores malagueños. Wiltjer no metía, perdía un balón y cometía una antideportiva. Cuidaba mejor la bola el equipo catalán y ello impedía correr y practicar juego roto al Unicaja, con el que se había sentido más cómodo en la primera mitad. Dio oxígeno Milosavljevic con dos triples seguidos, suerte en la que estaba últimamente especialmente desacertado. Llegó a Málaga como tirador decente acreditado (mejor porcentaje en la Eurocup con el Alba) pero esta temporada lleva un desalentador 25%. 

Eran minutos malos del Unicaja, le costaba producir ofensivamente y vivía del triple casi exclusivamente, no podía equilibrar el juego con puntos de dentro. No se encontraba a Shermadini. Pero tenía entereza para aguantar en el partido sin que el Barcelona rompiera pese a sus repetidos intentos. Waczynski seguía en su desesperante línea errática y ahora era Dani Díez quien metía dos triples seguidos, pero otro de Pangos sobre la bocina abría hueco al final del tercer cuarto (66-59).

Se distanció hasta los nueve puntos el Barcelona, pero picó piedra con Dani Díez y Boatright el Unicaja para bajar a un punto (71-70). Eran momentos en los que se podía voltear la suerte de partido, pero se acumularon detalles que llevaron a la derrota. Seraphin volvió a hacer daño y Singleton le dio el punto extra de calidad que necesitaba el Barcelona para romper. No se cerró el rebote, se perdieron marcas y en un par de ataques Boatright generó una ventaja que sus compañeros no gestionaron bien. No tuvo la continuidad exigida para ganar en el Palau, donde sólo lo han hecho esta temporada CSKA, Fenerbahce y Olympiacos. Síntoma de lo que hace falta. No obstante, fue una buena versión del Unicaja durante más de media hora. Huellas para crecer.

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