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Unicaja

El Brizuela deseado

  • La versión exhibida por el jugador vasco en Santiago se acerca al ideal, no sólo por sus 24 puntos y cinco asistencias, sino por su labor defensiva sobre Robertson, referente rival

  • Ibon Navarro intenta sacar el máximo jugo a un jugador que conoce desde muy niño

Brizuela celebra una canasta en Santiago de Compostela.

Brizuela celebra una canasta en Santiago de Compostela. / Unicaja B. Fotopress

Ibon Navarro aguarda el regreso de Jaime Fernández, dilatado en el tiempo al menos dos o tres semanas, para terminar de darle forma a su idea de juego. La carencia de exteriores, ahora también sin Bouteille, hace comprimir una rotación que por dentro va sobrada (Nzosa y Suárez se quedaron sin jugar en Fontes do Sar), pero que fuera se queda corta. Su ideal sería más intensidad y más rotaciones por fuera. Para defender, para correr sin descanso, la manera más sencilla de atacar por las cualidades de sus jugadores. El ideal de partido lo hizo Darío Brizuela en Santiago de Compostela.

Tras el encuentro, Ibon Navarro no destacó los 24 puntos y cinco asistencias que hizo el jugador vasco, sino el trabajo sobre Kassius Robertson, referente ofensivo exterior del equipo gallego. “Pidió el cambio cuando no podía más y se fue eliminado por cinco faltas. No sé si lo habían eliminado alguna vez antes”, decía el entrenador vitoriano sobre su pupilo, al que conoce desde que era niño. Navarro tiene muy buena relación con la familia de Brizuela (su tío entrenó en la cantera baskonista, como el ahora técnico cajista). Ese conocimiento mutuo ayuda pero también eleva la exigencia. Ya Fotis Katsikaris al poco de llegar, después de varias exhibiciones anotadoras, decía que Brizuela era un jugador para subir al siguiente nivel, pero el jugador no ofreció esa regularidad demandada. Es el reto también de Ibon Navarro. Las cualidades de Brizuela están ahí, son visibles y obvias, pero seguramente necesita al entrenador que ponga todos los conceptos en orden y toque las teclas adecuadas para que sea ese jugador especial. Cumpliendo su tercera temporada en Málaga, con un año más de contrato, esa cristalización del mejor Brizuela no ha llegado aún.

Navarro le pide esa mejora defensiva, pero también la constancia en ella. También a la hora de crear juego. Desde que llegó Ibon Navarro promedia 3.5 asistencias por partido. Igualmente, subió a 14.5 puntos de media por partido, en un momento en el que con la baja de Jaime Fernández también hay más volumen de posesiones para él, en un momento en el que ha tenido que lidiar también con problemas de tobillo que no se fueron del todo. Ha sido un reto pendiente ése, desde Casimiro, mezclar a dos jugadores cuyas características chocan en algunos aspectos ofensivos. Navarro está incidiendo en la elaboración de quintetos con jugadores con características complementarias. Ahí el papel de un Francis Alonso que está exhibiendo una actitud defensiva ejemplar está sirviendo para engrasar y facilitar equilibrios en los puestos de dos y tres.

El reto mutuo es que se vea un Brizuela así de continuo en los dos lados de la pista. Eso elevaría su dimensión como jugador, así como la mejora en la toma decisiones.

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