Carlos Suárez jugó su partido número 400 con la camiseta del Unicaja en Podgorica. No atraviesa el momento de mayor protagonismo desde que aterrizó en Málaga en 2013, en el fondo de la rotación de Luis Casimiro, pero pelea para ser importante en el tramo final.

“Orgulloso de llegar a una cifra tan importante con este club tan especial. Gracias a todos por las felicitaciones. ¡Seguiremos dando guerra!”, decía el capitán del Unicaja en un mensaje a través de las redes sociales desde Podgorica, antes de coger el chárter de vuelta para Málaga, en el viaje exprés que llevó al equipo y lo trajo desde la capital montenegrina. Sólo tiene por delante a Berni Rodríguez y Carlos Cabezas ya. 

En esos 400 partidos sólo partió en 106 como titular, pero jugó 20 minutos de media, con 5.7 puntos, 4.2 rebotes y 1.9 asistencias para 9.6 de valoración en todos estos años en Málaga. Ahora mismo está detrás de Deon Thompson y Tim Abromaitis en la rotación, con seis jugadores interiores para dos puestos y creciente competencia.

El Unicaja acabó la jornada como líder (6-2) y clasificado matemáticamente. Probablemente será juez de la clasificación del grupo con Brescia, que ganó al Mornar Bar (77-75) y el Ulm, que cayó ante el Metropolitans (72-65), sus rivales en las dos últimas jornadas, en las que intentará amarrar la primera posición del grupo para teóricamente tener un mejor cruce.